02 junio 2010

Alucinado

Por: Armando Alzamora

La reciente aparición del libro Alucinado (Lustra, 2009) del poeta Luis Boceli representa un caso atípico en la poesía peruana de la llamada ‘’Generación del 2000’’. Su lectura nos llevará a plantearnos una primera cuestión ineludible con respecto a sus coetáneos: ¿existen poéticas coherentes que sustenten la práctica escrituraria? Una revisión sin mucho rigor en las publicaciones más significativas de la década delatará una respuesta desalentadora. Sin embargo, ya que existen pocas excepciones, es necesario incluir desde ahora en ese grupo a Luis Boceli.
Alucinado es la segunda publicación de Boceli, pero es preciso acotar que presenta una estrecha relación con su ópera prima Pizzicato Labio (Hipocampo, 2006): una serie de epígrafes sacados de esta última se despliegan a lo largo del libro, en una clara emulación al Martín Adán de Travesía de extramares. Respecto a este punto, también es importante resaltar la presencia del heterónimo Silecob (léase Bocelis) en ciertas citas como una intención del autor por ficcionalizar su identidad.

El libro lo componen catorce poemas; dos de ellos, los primeros, bien pueden considerarse como notas introductorias del corpus. Por ejemplo, el texto inaugural es una dedicatoria sarcástica sin fin protocolar: ‘’Dedico este buffet irónico a mis progenitores, hermanos, amigos, a la flight attendant del cielo asiento número 42 y a la fiel doctora que peina mi alma tropical aunque ya no esté conmigo. (Esto es un libro motorizado, si manejo mal llamar al 997304032 o al 99430013) ''. El segundo poema, intitulado ‘’Manifiesto Alucinado’’, actúa, con su cota de ironía, como un extraño paratexto, pero también como un arte poética: ‘’Porque hasta lo circular tiene sus deformaciones/ Como el Sol que se extingue, por no decir / que se desinfla como los neumáticos’’. El poeta parece, desde el comienzo, soplarnos al oído la irónica inflexión de su lenguaje.

La estrategia de Boceli es partir de la anécdota, del desencanto mordaz de la vida, procreando, a su paso, un discurso por momentos proverbial. Es así como rastreamos los tránsitos de su voz: la transformación paulatina del texto en un objeto estético maduro. El poeta es consciente que el armatoste de su poética es un constante retorno: o al momento crucial o a los detalles simples, impresos u omitidos por la memoria, para recuperarlos e insertarlos en un renovado discurso reflexivo que se mueve en el presente. Dada su movilidad, su discurso poético no es estático, porque sobre la marcha vuelca su mirada sobre el pasado para reactualizarse. Es la manera como Boceli expone sus temas. Vemos por ejemplo, la existencia de una tesis amorosa: el poeta "discrepa de Ovidio", censura su arte, nos canta uno nuevo: "A las mujeres ahora les gusta los lugares públicos, al aire libre". Y en su tesis cabe todavía la posibilidad de un amor elevado, aunque nunca exento de ese hálito hedonista: "Económicamente hablando el amor no es gasto, es inversión:/ Tú das amor para recibir amor./ Saber vender es saber cobrar./ Yo no te cobro por tus servicios, / nos pagamos mutuamente en especies".

Boceli discute la poesía con poesía, "le jala las patillas a su arte", su poética es un cuestionamiento constante de su propia concepción. Por eso este libro es una evolución en comparación con el grueso de su generación; por eso he afirmado al inicio que el poeta forma parte una legión diferente: es dueño de una dicción con sustento, impulsor de una poesía manifestaria e insurrecta (bástenos leer los manifiestos que aparecen en el internet bajo su nombre) que espira coherencia.

La poesía debiera ser un acto de descubrimiento, el acceso a un código develador y prodigioso, o, como diría Huidobro, "el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida". Con Boceli asistimos al cumplimiento de ese precepto; poética y praxis confluyen, como aguas de dos afluentes cercanos, en un mismo caudal. De nosotros depende navegar por sus aguas o dejarnos llevar por las sosas corrientes de la poesía actual.

BOCELI, Luis. Alucinado. Lima: Lustra editores, 2009.

25 mayo 2010

Los vientos enemigos

Por: Pilar Alzamora Del Rosario.




Sinaloa (México) alberga una línea de escritores de cariz simbolista e intimista en los últimos años. Entre los representantes del cuerpo poético sinaloense encontramos a Jaime Labastida, Sergio Elizondo, Gilberto Owen, Lourdes Sánchez y Felipe Mendoza quien inicia su labor poética en los años ochenta.

Felipe Mendoza (Camcho-Sinaloa, 1968) es autor de los poemarios Acertijo de color (1993), Fatiga para una luz (1995), Fruto de soledad (2002) y Los vientos enemigos (2006). Esta última publicación se divide en tres poemas de justa extensión: “El título del día”, “Las páginas manchadas por el lodo” y “Los vientos enemigos”.

En las primeras cuarenta páginas Mendoza construye su unidad poética a través de los esquemas de tiempo- vida efímera y cotidianeidad. Elementos como el calendario, el viejo reloj, las horas y los años, el suicidio y la preñez, moldean sus versos con la intención de darle un tono romántico.

Recurre constantemente a un estado de evocación del yo infantil, del aprendizaje y de la contemplación del tiempo a través del paisaje y contrapone el recuento de dicha memoria con el presente. Aquel yo invoca a un nosotros al lado del poeta, ya que la imagen de soledad que trasmite Mendoza es soledad en/entre todos los hombres frente a finitud de todas las cosas.

La segunda división: “Las páginas manchadas por el lodo” está diseñada horizontalmente, apelando al lector a recordar aquel fin conocido de los inicios vanguardistas. El lenguaje varía en su direccionalidad; abandona el tono restrictivo de algunos versos y desentraña nuevos tópicos sin dispersar en ciertos pasajes la unidad armónica: “un puñal atravesado en la espalda de un niño” (58) o “niño o niña lo que sea pero que joda siempre” (66). Los hijos, la fama y la vejez para la contemplación van resumiéndose dialécticamente en una sucesión armónica que desea obtener el poeta sin dejar las fronteras infantiles. La imposibilidad de hacerlo lo confronta con la angustia.

En la tercera y última división enfatiza las coordenadas temporales inadvertidas en el hombre que no aspira a tratar de corregir el tiempo sino a evitar que éste nos arrastre. En repetidos instantes la mención de ríos y lagos cobrarán importancia en la descripción.

En definitiva, la sensación que nos deja la lectura de Los vientos enemigos es tal vez un evidente y marcado acogimiento de la prosa poética juanramoniana, la re-valoración del ya mencionado paisaje como lo hizo Antonio Machado en Campos de Castilla, y la ideas de vida efímera y fama en la lectura de las coplas manriqueñas. Mendoza recoge, a su vez, la influencia de estos tópicos en Gilberto Owen, poeta que perteneció a la Generación de los contemporáneos en México, y a quien el autor de Los vientos enemigos reconoce como claro modelo.

Se rescata del poemario el enorme intento de cautivar al público lector con una escritura madura que busca la totalidad mediante motivos universales registrados en distintas tradiciones y la reflexión directa sobre la humanidad y la soledad a la que llega todo hombre.



MENDOZA, Felipe. Los vientos enemigos. México: 1ed. Ediciones Sin nombre, 2006.

21 mayo 2010

El alcohol de los estados intermedios de Gladys Mendía

Por: Renatto Gallesse

En El alcohol de los estados intermedios (2009), Gladys Mendía nos representa un panorama de la inquietud a través de la naturaleza en transición, pero no una naturaleza vegetal, sino la naturaleza del ser en su origen y en sus fases. Los motivos de esta transición se desarrollan con formas de voz, de incendio, de cavernas y autopistas que se conectan con los estados finales.

Su poética nos presenta una visión de angustia, una perspectiva que cuestiona a la palabra misma para recrear su significado a partir de una noción de estados intermedios o de nuevas etapas de experiencias. Por ello, en algunos versos se refleja el cuestionamiento del tiempo mismo: “El tiempo está en guerra por violencia pura/ por saberse infinito y libre”; de esta forma la temporalidad está presente pero no altera la funcionalidad de los procesos. Los estados intermedios buscan el cambio a partir del dinamismo de las experiencias, como es el caso del túnel, que simboliza el origen de una nueva noción de ser.

Los límites se organizan como una pauta entre el mediador que se aleja del tiempo y la esencia misma que perdura por la continuidad en la materia. Esta materia se manifiesta en dos formas: en el uso y el desuso mediante el desarrollo de la etapa cambiante, es decir, que el objeto lucha por mantenerse objeto, pero es a su vez atrapado como parte de un proceso inevitable. La independencia de la materia representada por la montaña, la nieve y el mar expresan una desesperación por no sucumbir ante un estado final en el proceso del ser.

Por último, hay que señalar que en El alcohol de los estados intermedios podemos observar, además, la conexión de espacios que se mueven a través de dimensiones disconformes e incompletas con el objetivo de hallar un estado de equilibrio en la esfera del ser y en la esfera del estado intermedio.


MENDÍA GUTIÉRREZ, Gladys Solange. El alcohol de los estados intermedios. San Cristóbal: Ed. El perro y la rana. 2009.

05 febrero 2010

Escritor argentino cambia la historia de su país

Por: Juan José Podestá

Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 8 de septiembre de 2008.

A propósito de los nuevos “próceres” de esta parte de América, Cucurto dice: “Siento una profunda admiración por Hugo Chávez, de alguna manera representa lo mejor y lo peor de la política, nos retrotrae a nuestro viejo pasado caudillista”.
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Elefantes pisando africanos, negras muertas que son violadas por soldados argentinos, próceres de la independencia sudamericana fumando hierba en plena selva y muchas alusiones sexuales. Estos son algunos de los delirantes pasajes que aparecen en "1810. La revolución vivida por los negros", la última entrega del argentino Washington Cucurto.

En el libro, publicado por Emecé, el poeta y creador de la editorial "Eloísa Cartonera" recrea en clave de ficción los sucesos que finalizaron con la Independencia de Argentina, y otorga un papel preponderante a la masa de esclavos negros que por esa época habitaban Buenos Aires.

"Todo surge de una idea que tuvimos con mi amigo Santiago Llach, en la cual decidimos que sería muy divertido reescribir la revolución argentina. La reescritura es un ejercicio, una experimentación liberatoria que debería darse en los colegios como un juego", afirma el autor de "La máquina de hacer paraguayitos", entre otros libros.


ALTER EGO DELIRANTE

Cucurto cree que este libro es una manera de asomar el saber académico al mundo popular: "No hay historia oficial, ese es otro malentendido. El pueblo no lee ni escribe, es analfabeto, hambreado. Partamos de la idea de que todo es una ficción, no hay manera fehaciente de constatar la veracidad de aquellos libros".


Y continúa diciendo que "hay que acercar los libros de historia al pueblo, y el pueblo tiene que ser crítico, leer mucho. ¿De qué nos sirve hoy día San Martín cruzando Los Andes?".


En la novela no hay cabidas para los actos heroicos. "La figura del prócer me parece decadente, megalómana y falocrática. Es la misma figura del caudillo político, del reseñista cuasi erudito de los diarios, del empresario progresista que se vuelca a la política", despotrica este amante de las bailantas. Sin embargo, considera que "ese San Martín es un poco yo, un alter ego delirante de mi otra vida. ¿Y por qué no? Creo que San Martín fue muy delirante, un tipo fuera de serie, un gran ídolo".


Todo lo anterior explica que Cucurto nada tenga que ver con la literatura "seria". "Odio la gramática y a los gramáticos estilo Fernando Vallejo, que creen que escribir bien es escribir para los escribanos".

30 diciembre 2009

''La antipoesía es un mito chileno''

Por: Gonzalo Abrigo/ Juan José Podestá

Colaboración especial para OTRAS VOCES.
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 25 de octubre de 2006.
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Antonio Cisneros conversa mañana con Raúl Zurita en Estación Mapocho.


Uno de los principales poetas del país invitado afirma en esta entrevista que “en ‘Trilce’, de Vallejo, hay más antipoesía que en la del autor de ‘Versos de salón’”. “Parra me parece una persona inteligente, bondadosa y graciosa, pero con toda franqueza a mí su poesía no me dice nada”, afirma.




La siguiente conversación se realizó en un conocido hotel de Providencia en noviembre de 2004, donde el desenfadado poeta limeño partió contando, acompañado de una cerveza sureña, la primera vez que salió del Perú. Tenía veinte años y fue nada menos que a Chile para los encuentros de escritores jóvenes que organizaba el vate Gonzalo Rojas en Concepción.
Quien ha obtenido el Premio Casa de las Américas, la Beca Guggenheim y hace dos años el Premio José Donoso, de la Universidad de Talca, mañana vuelve al país a conversar, en la Estación Mapocho, con Raúl Zurita bajo el lema “De la metáfora de la experiencia”, a las 19:30 hrs., en la Sala Pedro Prado.



MUCHACHO CHOLO Y POBRE

-¿Cuál es tu vínculo con la tradición poética peruana?

-La poesía peruana como tal me cuesta mucho definirla. Ahora, en el Perú pasa una cosa muy curiosa con Vallejo, su obra poética no ha tenido tanta influencia...

-Es más lo que representa su figura ¿no?

-Vallejo era un muchacho cholo, de una pequeña aldea de la sierra norte del Perú. Ahora, si este muchacho cholo y pobre es uno de los grandes maestros de la lengua castellana universal, eso quiere decir que para esos infinitos muchachos, cholos y pobres, Vallejo es un ideal. Los peruanos no hemos inventado ni el ascensor, ni siquiera un compuesto químico ¡pero tenemos a Vallejo!

-Tu poesía se basa en lo urbano.

-No puedo vivir en ningún lugar donde no haya un cafetín y un quiosco de periódicos en la esquina de mi casa. Mi poesía de algún modo es una crónica de viaje.

-¿Cuál es tu vínculo con la antipoesía?

-El criterio de antipoesía en gran parte es un mito chileno. Parra me parece una persona inteligente, bondadosa y graciosa, pero, con toda franqueza, a mí su poesía no me dice nada ni me transmite nada. No creo que haya tenido gran influencia o cambiado radicalmente el pensamiento poético. En “Trilce”, de Vallejo, hay antipoesía desde la poesía.

-¿Y a qué poetas chilenos te sientes cercano?

-A Enrique Lihn y Jorge Teillier. Lihn un año antes de morir se iba a casar con mi primera mujer, tenía todo organizado. A las finales encontró armonía en el Perú; el Instituto Nacional de Cultura de esa época le iba a dar una casita en alguna caleta de la costa norte. Y a Teillier le encantaba Lima, tenía su grupete de amigos que le pagaban su pasaje, tres, cuatro veces por año.

-¿Cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era la poesía?

-Siempre estaba convencido de que iba a ser poeta, pero además ensayista, dramaturgo, pintor, dibujante... Yo no concebía una vida fuera del arte...

28 diciembre 2009

El poeta y la ayahuasca con Ginsberg

»»Por: Juan José Podestá««
Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 21 de abril de 2008:
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LEGENDARIO VATE PERUANO PUBLICA LIBRO LUEGO DE 30 AÑOS.
El creador andino Walter Curonisy está en nuestro país para presentar “Rehenes del tiempo”. Acá, cuenta cómo conoció al autor de “Aullido” y dice que “Nicanor Parra ilumina a Chile”.


En Perú suele decirse que Curonisy es carne de estatua. Esto, porque ha llevado una vida digna del arte al que se dedica: en los años 60 conoció a Allen Ginsberg, se fue a la selva con él y consumió todas las drogas posibles; fue pareja de Raquel Jodorosky, hermana de Alejandro, y protagonizó varias teleseries peruanas, entre ellas la recordada "Simplemente María". Hoy vive con su señora, Elvira Roca, en el retirado balneario de Huanchaco, en un autoexilio que considera "sanador".

Hace una semana llegó a nuestro país invitado por el Centro Cultural Balmaceda 1215, para homenajear al poeta César Vallejo. Pero además, este viaje le dio la oportunidad de presentar "Rehenes del tiempo", un poemario con el que rompe 30 años de silencio escritural, y cuya cuidada edición estuvo a cargo de Elvira Roca. "Escribir fue reconciliarme conmigo, y como nunca envidié a muchos de los imbéciles que escriben en Perú, no tenía apuro", afirma. Además, el peruano reconoce que fue su señora la principal motivadora: "Habiendo tanto mediocre publicando, tú te guardas lo tuyo, me decía ella", cuenta.

Si bien Curonisy había editado en los setenta dos breves poemarios que le merecieron el respeto de los lectores y la crítica, es con "Rehenes del tiempo" donde realiza un summa de su poética. En el texto hace dialogar a Occidente con Oriente, se pasean personajes como Jesús y Nietzsche, hay dibujos, haikus y diversos registros líricos. "Mi idea es abolir la oposición de los contrarios. Yo creo en la coincidencia opositorum, base de muchos pensamientos místicos. La poesía debe unir todo lo que aparentemente está disociado".


ALEJADO DE LOS EXCESOS

"En el 61 Ginsberg llegó a Perú desde Chile, y le preguntó a unos poetas que necesitaba a alguien que le consiguiera cocaína. Me sugirieron a mí". Así recuerda Curonisy cómo conoció al poeta de "Aullido". Relata que "en ese momento estaba con Raquel, y le propusimos ir a la selva a consumir ayahuasca, y así fue que nos fuimos a ese viaje místico donde probamos de todo. Ginsberg es un iluminado, un maestro".

Ese recorrido le inspiró al poeta norteamericano, que se hizo amigo de Curonisy, sus famosas "Cartas del Yagué". Además, los versos finales de "Sándwich de realidad" son un explícito homenaje al vate peruano, quien en 1977 publicó "Poema a Allen Ginsberg", y a Raquel Jodorowsky.

"Yo creo en los poetas iluminados, los grandes alucinados de la poesía, Blake, Nerval, los poetas de la India y oriente. Ellos nos enseñan que el conocimiento poético está cargado de hibridez", señala.

En los setenta Curonisy cambió radicalmente de giro: pasó de poeta a galán de teleseries, siendo actor principal en producciones tan recordadas como "Simplemente María". De hecho, fue éste uno de los motivos por el que calló poéticamente: "Salía de los canales, ese mundo asqueroso, y las niñas te pedían autógrafos, toda esa basura, y no me sentía con fuerzas para escribir".

Curonisy, alejado ya de los excesos, dice que de los poetas peruanos sólo admira a Vallejo, pero en Chile respeta a varios: Raúl Zurita, Nicanor Parra, Pablo Neruda y Gonzalo Rojas. "Parra ilumina a Chile con su sentido del humor. Chile está hecho de Neruda y Parra, la solemnidad de uno y la falta de respeto del otro".

Sobre los conflictos que actualmente tensionan las relaciones entre ambos países, el poeta es categórico: "Hay unas basuras que quieren poner a Chile contra Perú, y me paso por los cojones a quienes azuzan a Perú contra Chile".

18 noviembre 2009

Otros villanos

Por: Joe Montesinos
Otros villanos es una interesante muestra de la literatura peruana joven actual, además de un importante documento que podrá ser tomado como referente en algunos años, puesto que es una selección de textos inéditos (y que probablemente solo salgan en este libro) y una compilación sesuda y bien elaborada. Otros villanos se divide en dos libros, uno de narrativa y otro de poesía, con textos de las tres primeras promociones de Literatura de la Universidad Nacional Federico Villareal. Una muestra valiosa del arte escrito de dicha casa de estudios. El lector tomará el libro en sus manos y no lo podrá dejar. Una nueva editorial independiente ha tomado interés en esta importante realización: Pájaros en los Cables Editores que se complace en invitar a todos los interesados en la buena literatura a la presentación de los libros OTROS VILLANOS poesía y narrativa, obras en las que se muestran los trabajos de jóvenes escritores destacados como Alessandra Tenorio, Víctor Ruiz, Carlos Saldívar, Joe Montesinos Illesca, Antonio Taboada, Carlos Morales Falcón, Nadeshda Rodríguez, René Llatas Trejo, Ilich Quispe, Jorge Luis Obando, Paola Roncal, entre otros. Dicho evento se realizará el lunes 23 de noviembre a las 7:00 p.m. en el Instituto Raúl Porras Barrenechea (Calle Colina 398, Miraflores). Nos acompañará en los comentarios, el reconocido escritor, Oswaldo Reynoso y el poeta Ronald Portocarrero. Como ya mencioné, estos libros se recogen textos de 16 poetas y narradores, algunos con libros ya publicados, y otros que aún mantienen sus obras inéditas. Siendo esta muestra, en poesía y narrativa, una importante selección que sin duda (y redundo una vez más en lo ya dicho, pero es que es cierto) será un buen aporte a la literatura actual. También estarán presentes, autoridades de la referida institución y otros invitados de honor. Están todos invitados. El ingreso es libre.

03 septiembre 2009

Crónicas urbanas - Aderezo urbano de madrugada

Por: Richard Chávez

Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado en http://www.richardchavez.blogspot.com/ y en Diario Correo.
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A las doce de la noche la ciudad es cubierta con una manta negra; los bordes de los edificios desaparecen, los colores fallecen lentamente, y sino fuera por la luna, Piura quedaría totalmente a oscuras. En el centro de la ciudad, jóvenes universitarios cierran las transnacionales para las que trabajan. Piura está lista para irse a dormir. Pero son los huequitos, o huariques como los llaman en la capital, los negocios sonámbulos que romperán con estas reglas de media noche. La cocción de papas, carnes, embutidos, etc. esparcirán un olorcito con el que más de uno se verá seducido, pues en la mayoría de estos lugares se come rico, harto y barato. ¿De qué serviría entrar a un restaurante con platos de porcelana si es que nuestros estómagos no salen satisfechos?

Uno de estos huequitos está situado en Castilla, y es Romans quien lidera en ventas gracias a sus gruesas hamburguesas llenas de papas fritas combinadas con un rico huacatay. Por el lánguido precio de un sol cincuenta vende corpulentos panecillos para la gentita “más calle pero elegante” que estará esperándolo, y “aunque sea una papita más”, mientras escuchan la invasión de los chispazos de cremas a sus pedidos. “Son tan grandes que cansan comerlas” comenta una caserita. Lleva 5 años en el negocio, pero cuando llegó a vender a la zona los vaguitos se la hicieron difícil, por eso debió contratar al Varón para que le vuelva la calma al negocio que al día gasta un balón de gas. Desde ahí el negocio marcha en total tranquilidad, como la madrugada misma.

El baile quizá es la forma más sana y divertida de bajar de peso, pero practicarlo también implica hambruna. Y eso bien lo sabe Juan Carlos Arellano, conocido como El Zambo del Tony`s, que a las 2 a.m. deberá estar alerta para atender a “los pipiri night” que salen de los lugares miraflorinos. También deberá estar presto porque por estos días en “su esquina” le han plantado unos gruesos fierros con el propósito de acabar con su negocio que lleva doce años de antigüedad y con el que mantiene a sus tres pequeños hijos. Ahora más que nunca deberá tener en su mano ese frasco con ají con el que muchas veces llegó a cegar a los municipales que intentaron echarlo injustamente de “su esquina”.

Comer en estos lugares no solo significa engañar a nuestros cardiólogos, sino ayudar a conservar nuestra rica gastronomía piurana, a atesorar la sencillez de la carne y los platanitos fritos, el uso de la chicha para las menestras y otros secretos que hacen más sabrosa nuestra comida. Uno de estos lugares que se dedica a conservar el criollismo, y no solo en sus comidas sino en sus paredes adornadas con ponchos y sombreros, es La Choza, con más de 30 años en el mercado, cuyo primer local literalmente era una chocita. A las 3.a.m. el local rebalsará de exigentes clientes quienes elijarán entre un tacu tacu, una milanesa de pollo o un acorazado que es el plato mas solicitado por los “de la witch”.

A las cuatro de la madrugada -luego de que en todas las discotecas se haya colocado los últimos largos remixes- los juergueritos deciden “terminarla” en El Trébol, en donde además de vender cerveza se atiende hasta quemar la última papa. Su dueño, “el gordo” Daniel Gutierrez, con sus muchos kilos de conocimiento en los negocios y en su preocupación por la satisfacción del cliente decidió vender pizzas a delivery. Lleva nueve años sudando delante de las freidoras y aireándose con la carta, abriendo el local toda la noche y madrugada. Un trajín que soporta a su buena alimentación; porque ese pechito, también come papa.

Al frente del Trébol, sentado en la esquina del Grifo Mega, Julio Vite Barranzuela burlará el frío abrazando su balde lleno de calientitos tamales. Todos los fines de semana prepara alrededor de doscientos cincuenta tamales, habilidad que viene de parte de la familia de su madre: Los Barranzuela, pues sus tres primos también venden esas granadas para hacerle la guerra a la hambruna. Pero ninguno de Los Barranzuela imagina que esos deliciosos bocados que venden en una esquina hoy son solicitados en restaurantes de varios países, y que también fueron ovacionados en Madrid Fusión 2009.

Son las cinco de la madrugada y todo aquel que camina a estas horas por la calle sentirá los brazos de plastilina. Para desaparecer estos padecimientos es necesaria una calentísima sopa de pata de toro que la encontraremos donde “Cordovita”; una insignia de la cocina piurana, una transnacional situada en el Mercado Modelo de Piura a donde la gente trabajadora o sonámbula llega a deleitarse con estos y otros platos acompañados con ese incomparable ají molido. Lleva cuarenta y cinco años atendiendo en los que solo apaga el carbón los veinticuatros de diciembre. Por esas mesas de manteles de plástico y servilletas de papel bulqui han llegado “los recomendaditos” que vienen desde Trujillo, Chiclayo, Tacna, incluso de la capital que en más de una oportunidad le han hecho un reportaje para la televisión nacional.

“A las seis de la mañana la ciudad se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros pasos. Una fina niebla disuelve el perfil de los objetos y crea como una atmósfera encantada. Los noctámbulos, macerados por la noche regresan a sus casas” luego de haber comido en estos huequitos. Ahora es el turno a los taxistas que, soplando el vaho en sus manos, pedirán sus bien despachados desayunos…

  • Edición: Mgtr. Inés Arteaga Campos – UDEP.
  • Fotografía: Cote Arbaiza.
  • Texto en negrita tomado del cuento de “Los gallinazos sin plumas” de Julio Ramón Ribeyro.

19 julio 2009

Crónicas urbanas - El clandestino

>>Por: Richard Chávez<<
Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado en www.richardchavez.blogspot.com y en Diario Correo.
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A la 1 de la madrugada el mercado modelo está lleno de camiones con mercadería, de cargador es que llevan en sus espaldas inmensos sacos con verduras, de señoras con mandiles anunciando la venta de sus patitas de pollo, de guardianes durmiendo entre los bultos, de noctámbulos jugando al casino y fumando unos cigarritos, pero por ningún lado se asoma ese peligro que tanto se comenta.

Mientras mi compañero va alistando la Canon unos serenos nos advierten: “cuidado con tu cámara, no falta un pirañita faltoso”. Gracias, pero precisamente hemos venido para entrevistar a un hijo de la calle, a un prohibido por la ley, a uno de aquellos que salen en las portadas de los diarios con la cabeza gacha escondiendo un nombre falso detrás de un alias, sometido ante los brazos de dos policías que lo culpan de haber arrebatado un celular o la cartera a alguna distraída señora.

Caminamos entre el laberinto de galerías artesanales con mucho cuidado, no por las advertencias, sino para evitar caer en una laguna negra. Llegamos a la zona de los comideros y a lo lejos divisamos que encima de unos bultos hay un niño durmiendo envuelto en sí mismo. Nos acercamos. El “Bad Boys” de la parte de atrás de su polo lo maquilla de pirañita. Lo despertamos, y a pesar de que no le hemos sacado cita nos da la mano. Balbucea palabras indescifrables. Está fumado, advierte mi compañero llevándose dos dedos a la boca. Pero el niño tiene la intención de comunicarse y lo hace por señas, le entendemos. Concluimos que no está drogado, no es como nos lo han pintado. Por un momento desatiendo sus palabras y me pongo a contemplar su dormitorio: la cama, una madera; el cubrecama, una caja de leche gloria; y por la forma en que lo encontramos, sus brazos, hacían las veces de almohadas.

El pequeño después de varios intentos logra decirnos su nombre: Alex Mamán Pérez. Con esos cartones ha idealizado el calor que sus padres le dieron hasta los dos años de edad. Desde esos cortos años vivió en un hogar para huérfanos. Pero a los siete años escapó de ahí, luego de aburrirse de la ley de la lluvia, ahí donde todos se mojan: “si alguien robaba a todos les caía golpe, nos daban duro en los pies”. A partir de ahí se entregó a la calle y pasó a ser un “clandestino”. A pesar de ser natural de “la frontera” se adaptó a Trujillo, la ciudad de un país desconocido a donde nunca supo como llegó.

Siempre ha dormido en la calle, en donde el frío ha hecho de las suyas, provocándole una enfermedad a los huesos. “Puedo darle vuelta a mis brazos como si fuera un tornillo; soy el hombre de goma”, dice mostrando su arqueada extremidad. Desconoce que padece de osteogénesis imperfecta, enfermedad conocida como “los huesos de cristal”; escasez de colágeno que causa fragilidad y debilidad a los huesos. De pronto nos sorprende diciendo que su edad es dieciocho, pero es tarde, ya nos hemos acostumbrado a tratar a un niño de trece, como si hubiera sabido que llegábamos y hubiera practicado para sorprendernos con su ternura.

Almuerza gracias a sus tradicionales “batidas” que consiste en reunir lo regalado por las vendedoras del mercado. Por la tarde, en la Gullman, limpiará las lunas de los carros, así habrá calmado las ganas que un día tuvo de limpiar su ciudad cuando soñó ser abogado. Por las noches, en los comideros, recogerá los desperdicios de la gente, pero hoy será distinto pues el señor Héctor Córdova le invita a sentarse a su mesa para degustar un plato de comida. Mientras sus ojos se dilatan por la rudeza que Arnold Schwarzenegger muestra en el televisor, nos pregunta si nos gustan las películas de terror. Su intención es notoria y enseguida nos cuenta que cada vez que visita Ayabaca compra dividís con traducción al español, pues en el hogar nada hicieron para resguardarle contra el analfabetismo. Son las cabinas de Internet las mejores butacas para disfrutar de Saw, El Aro, El duende maldito, La Llorona, como si el maldito terror solo fuera parte de la ficción del séptimo arte.

La calle le ha puesto en bandeja diferentes tipos de drogas: la adictiva pasta básica, la alucinógena marihuana que hoy inmortaliza con un tatuaje en su hombro y harto terokal para calmar el hambre. Pero esa madre también le ha enseñado a protegerse, por eso lleva entre sus herramientas de defensa personal un desentornillador, por si alguien quiere robarle el dinero que está reuniendo para comprar hilos y lanas con los que se dedicará a la confección de pulseras, adornos para el cabello y otros accesorios de bisutería artesanal. Lleva un pequeño cuchillo, que huele a mar, con el que desescama el pescado que luego preparará con tan solo un limón.

La llegada del amanecer nos separa de su mundo, él se entregará al frío que a lengüetazos lo hará suyo. Nos da la mano, y mientras sonríe en esa realidad oscura se va acostando en la madera. Y como si cerrara las cortinas de su hogar se va metiendo dentro de su polo, otra vez para parecerse a una tortuga. Sus ásperas rodillas se convierten ahora en sus almohadas. Y mientras su estómago, a mano abierta, charlará toda la madrugada, y los gatos arrullaran sus sueños, el clandestino cerrará los ojos para soñar una ficción, también oscura, como la de las películas de terror que a él tanto le gusta ver.

Regresamos varias madrugadas pero Alex ya no estaba, seguramente había hecho de alguna vereda, un bulto o una esquina su nuevo aposento clandestino.

                                      • Edición: Mgtr. Susana Terrones Juárez – UDEP.
                                      • Fotografía: Cote Arbaiza.

                                      10 julio 2009

                                      Entrevista a Martín Roldán Ruiz. A propósito de la aparición de su segundo libro ''Este amor no es para cobardes''.

                                      >>Por: Armando Alzamora<<
                                      El próximo 31 de julio en el marco de la Feria Internacional del Libro 2009 se presentará el segundo libro de Martín Roldán Ruiz, Este amor no es para cobardes, un conjunto de relatos que gira en torno al tema de la violencia en el fútbol. El autor me concedió gentilmente esta entrevista en donde conversamos, a propósito de su publicación y del clásico que se nos viene, de dos pasiones que compartimos: la literatura y el fútbol. ¿Quién dijo que estos temas no eran conciliables?
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                                      AA: Martín, tengo la certeza de que tu obra, empezando por Generación cochebomba y ahora con la aparición de Este amor no es para cobardes, marca una especie de hilo vivencial en el que quedan manifiestas tus dos grandes pasiones, es decir, el rock subterráneo y el fútbol, respectivamente. Debo admitir además que tu acercamiento con ambas expresiones de nuestra cultura es muy estrecho, a ultranza te diría, bastante sincero. Me gustaría que nos dijeras ¿cómo sientes el traspaso de esas vivencias al plano de la ficción?

                                      MRR: Sí, de hecho algo que es característico en mi persona es el apasionamiento, por todo lo que hago, hasta en las cosas más simples. Y eso viene desde niño. Pues bien, ya de adolescente cuando participé de la mancha subterránea lo viví de manera tan intensa que me permitió escribir Generación cochebomba. Ahora, paralelo a esto, y como todo niño urbano, siempre me gustó ir al estadio con los amigos del barrio. Desde muy pequeños íbamos a los famosos dobletes o tripletes para ir a ver a Alianza, a pesar de que vivíamos en Breña. A veces no teníamos para la entrada pero rogábamos a una persona mayor para que nos haga entrar, en esos tiempos cuando aún dejaban entrar a un niño con una persona mayor al estadio. Esa afición que luego se convirtió en militancia, hasta ahora, es el material que me ha permitido escribir lo cuentos de Este amor no es para cobardes, que se basan en la violencia alrededor de los hinchas de fútbol. Pero, ojo, no son cuentos de fútbol, más bien en el contexto que rodea a este espectáculo deportivo, trato temas humanos como la marginación, la alienación, los conflictos sociales, enmarcados en el plano de la violencia urbana.
                                      En cuanto a cómo me siento escribiendo estas vivencias. Es bacán plasmar algo que has vivido, de cerca o no, y forjar una obra que va a identificar a las personas que lo lean. Pero, siempre tratando de expresarlo de la manera más honesta y sincera. Yo tenía la necesidad de expresar ciertos aspectos de la realidad que ya tocaba en mi novela Generación cochebomba, pero obvio que tenía que ser desde otra perspectiva, desde otra óptica, y pude darme cuenta de que dentro de una barra, en la cual participo, se veían plasmados. Así que en el 2004 más o menos empiezo el primer cuento y así sucesivamente hasta acabar los siete que lo conforman.
                                      AA: Respecto a esto último, cuéntanos algunos detalles sobre el proceso de escritura y edición de esta nueva publicación que se presentará, según tengo entendido, el 31 de julio en la FIL...

                                      MRR: En el 2004 fue que me propuse escribir cuentos sobre la barra. Estaba llevando el taller de narrativa de la San Marcos, y deseaba sacar provecho de lo que estaba aprendiendo. En ese taller presenté el cuento ¿Quiénes son los culpables? –en el libro se titula simplemente Culpables– y recuerdo que obtuvo la máxima nota. De allí en los siguientes talleres, presenté dos cuentos más sobre la misma temática. Recuerdo que el profesor Antonio Gálvez Ronceros, me preguntó si pensaba escribir un libro de cuentos sobre este tema, a lo que respondí que ésa era mi intención. Me dijo que estaba muy bien eso, porque esos cuentos fueron bien recibidos, incluso desató una conversa sobre fútbol con él, que es hincha del Municipal. Recuerdo que nos narró un gol del sudamericano del 53 en Lima, con el que Perú le ganó a Brasil. Era un privilegio escuchar cómo narraba la jugada, el pase, el remate y la celebración. Ya se imaginarán, no había televisión, y los hinchas grababan en su retina las jugadas memorables. Otro que me alentó por seguir escribiendo ese tipo de cuentos fue el profesor del taller Jorge Valenzuela. A los dos realmente le estoy bastante agradecido, porque me aceptaron como alumno libre y porque aprendí bastante con ellos, sobre todo los cuentos de este libro.
                                      Posteriormente hubo un bajón, no podía escribir nada, como que ciertos acontecimientos limitaron mi imaginación y mis ganas. Hasta que conocí a una persona bastante especial, cuya cercanía me dio esa paz y esa tranquilidad necesaria para poder escribir los cuatro cuentos restantes de Este amor no es para cobardes y otros que tengo para otro tipo de libro. Por esos momentos junto a ella, es que se lo dedico. Entonces con los cuentos necesarios, era menester publicarlo. Yo había sacado Generación cochebomba de manera independiente, y estaba recogiendo los frutos de las ventas por partes, lo cual no me permitía sacarlo de la misma forma. Pero tuve la suerte de ir a la presentación de El mundo sin Xotchil de Miguel Gutiérrez y me encontré con Gabriel Ruiz Ortega, a quien había conocido recientemente. Con él estaba un amigo suyo que al final resultó ser editor de Norma, David Abanto. Conversando con ellos pregunté, sin saber que David lo era, cómo podía hacer llegar un manuscrito a un editor. Es allí que David me dice que es editor de Norma. Pues bien le expliqué de qué trataban los cuentos. Sin ningún compromiso me dijo que se los hiciera llegar. Bueno, al tiempo le entregué los cuentos y después de unos días me escribe diciendo que le gustaron, y que lo iba a proponer a la editorial. De allí ya todo ha pasado tan rápido que estamos a pocos días de la presentación.
                                      AA: Hace dos años tuvimos la ocasión de publicar un cuento tuyo en la desaparecida revista de narrativa Otras voces. Recuerdo que entonces lo que me sorprendió de tu prosa fue el ágil dominio del lenguaje propio de las barras. Ya como algo personal, te cuento que durante tres años fui integrante de la Trinchera Norte, así que conozco bien los códigos y jergas que se emplean en dicho contexto. Por ello y por mi vocación literaria, admito que es una labor harto compleja trasladar este lenguaje a un plano escritural, y más aún, ser eficaz y verosímil dentro de la ficción. ¿Cómo definirías tu relación con este lenguaje? ¿Lo consideras parte de un aprendizaje empírico o de una exploración?
                                      MRR:
                                      No fue muy difícil te diré, porque yo soy barrista y he convivido con ellos durante años, y me he empapado de su lenguaje y de sus códigos. Por eso cuando configuraba un personaje de este tipo, la forma cómo habla y cómo piensa no me es ajena. Ahora bien, en el plano literario, esto es algo que preguntaba siempre en los talleres: ¿qué tan eficaz era usar el lenguaje propio de estas agrupaciones en los personajes para hacer más creíble o verosímil lo que deseba expresar? Porque hay opiniones distintas. Por decirte, cuando llevé el taller de Cronwell Jara en el 2002, presenté un cuento de un delincuente con un destino trágico. Bien, el lenguaje que usé fue propio de un lumpen. Y Cronwell me recomendó no usarlo en demasía porque confundiría a un lector no informado del argot delincuencial. Eso chocaba con mi creencia a partir de mis lecturas de Reynoso, que fue el que introdujo la jerga urbana a la narrativa peruana. Luego en el taller de San Marcos invitaron al mismo Reynoso, y nos leyó un adelanto de su reciente libro El goce de la piel, donde el personaje Malte –que el mismo Reynoso aseguró lo había sacado de Rainer María Rilke– es un muchacho marginal, que comanda una manchita de barrio. Lo que nos leyó fue un pasaje con un lenguaje muy hermoso, que otra vez colisionaba con lo que yo pensaba era lo correcto, ¿cómo unos muchachos marginales, podían hablar tan poéticamente? Le hice la pregunta y me dijo algo que nunca voy a olvidar: “En este caso, el lenguaje también es ficción”. Y luego nos explicó que a pesar de usar la jerga lo que deseaba era crear belleza a través del lenguaje, y la jerga también podía servir para ello. Entonces ¿en qué quedamos?, pensaba yo, ¿estaba bien usar tal cual la forma de hablar para hacer más creíble a un personaje o no? La respuesta vendría días después cuando el profesor Gálvez Ronceros, explicó el cuento Hombre de la esquina rosada, de Borges. Hay un pasaje donde el narrador, que es un compadrito, un hombre de los arrabales de Buenos Aires, se refiere a la belleza de un personaje llamado La Lujanera. Como es un personaje poco instruido, habla en lunfardo, y al no tener las palabras para expresar la hermosura de esta mujer, se vale de figuras para decirlo. Y es verdad, pues, que me di cuenta que entre la gente de la barra cuando no encuentran las palabras para expresar algo lo manifiestan con figuras. ¡Allí estaba la clave!:¡ La jerga tiene que estar presente si es necesario, pero si se utiliza de forma que lo complementario ayuda a la rápida comprensión, pues es mejor así, literariamente, porque sin perder la esencia del lenguaje de determinado grupo humano, estás creando belleza a la vez. En ese sentido para mí, fue un aprendizaje empírico y también una exploración, ¿no?
                                      AA: Me gustaría hablar ahora de fútbol. Tengo entendido por el cuento que leí y por lo que me comentas que tu libro está focalizado desde la perspectiva de un hincha aliancista. ¿Qué momentos futbolísticos, felices o amargos, te han marcado como hincha? Yo por ejemplo, como hincha de la U, te diría que quizás mi mayor alegría fue en el '99 cuando campeonamos en Matute, pero también recuerdo ratos muy amargos, como la última Copa Libertadores o el famoso 6 a 3. ¿Qué puede decirnos Roldán Ruiz como hincha de Alianza Lima?

                                      MRR: Empezaron los problemas (risas). Para mí ser hincha de Alianza es una de las mejores cosas que me han pasado. Agradezco a mi viejo por haberme hecho aliancista, por haberme llevado a la inauguración del estadio de Alianza cuando yo tenía cinco años, recuerdo muy bien pasajes de esa experiencia, y también por inculcarme ese amor por los colores y por todo lo que representa ese equipo para el Perú. En cuanto a momentos hay muchos, alegres y tristes, pero no quiero caer en lo común de que fue la tragedia del 87 lo más triste. Quizás para muchos lo fue, y me incluyo, pero como hincha militante hay momentos que para mí son más tristes incluso. Momentos alegres igual. Es que esto de ser hincha ciento por ciento, va más allá de un partido de futbol. Como dice un lema: “No son noventa minutos, es toda una vida”.
                                      AA: ¿Consideras que en tu obra podría hablarse de identidad, en el sentido que se ve representada la construcción que determinados sujetos hacen de sí mismos? Pongo como ejemplo la pelea entre barras que relatas en el cuento Culpables, donde los protagonistas discurren entre el envalentonamiento desmedido y el pánico. Quiero decir, más allá de las rivalidades, e incluso de las representaciones de tu libro, ¿puede hablarse de una identidad aliancista y una identidad crema? Me gustaría saber tu opinión.

                                      MRR: Claro que las hay. En el imaginario de ambas comunidades futbolísticas, están bien marcadas y diferenciadas y representan lo que es el Perú de alguna u otra forma. Vasta con leer los foros de discusión de los hinchas de ambos equipos para que te des cuenta cuáles son los prejuicios, discriminaciones, anhelos y aspiraciones de ambas hinchadas. Por ejemplo entre los de Alianza hay una identidad muy marcada de pueblo y de cercanía a la cultura popular desde sus orígenes. Esto configura una identidad de sacrificio y también trágico, por todo lo que le ha sucedido al club en su historia. Pero siempre ha sabido salir adelante, sino no sería una de las instituciones más importantes y que tiene la mayoría de hinchas en el Perú, según las últimas encuestas. Entonces, esto conlleva a que crean que los cremas son todos blancos, pitucos, y por ende cobardes. Una de las chapas con que los denominan es la de ''cabros''. Eso es una herencia de años atrás donde los de barrio marginal consideraban a los blanquitos de esa forma.
                                      En los de Universitario a pesar de su gran arrastre en diferentes sectores populares, aún mantienen, quizás inconcientemente, esa idiosincrasia con la cual fueron identificados por mucho tiempo, la identidad del blanco y pudiente. Basta con ver los insultos con que se refieren a los hinchas de Alianza, donde el racismo es latente, a pesar de que muchos de sus hinchas muy bien podrían estar incluidos. O ese pensamiento de creerse superiores por haber sido creados de estudiantes universitarios –a diferencia de Alianza que nació de amigos de barrio–, o de tener más campeonatos o de tener un gran estadio en una zona residencial. Esa manera de pensar engloba a sus hinchas, desde el más marginal hasta el más acomodado. Es su identidad, y aunque he sabido que quieren cambiar esa forma de pensar, les resulta difícil, porque aún se mantiene Entonces, ¿no es un Perú lo que se refleja allí?
                                      AA: Pasando a otro asunto, en una conversación que tuvimos hace unos meses, comentábamos sobre el libro de Donald Shaw Nueva narrativa hispanoamericana (Cátedra, 1981) y sobre la especificidad que se le asigna a este género en nuestro continente, cuya tendencia ha apuntado desde sus inicios a la construcción de proyectos de nación para insertarlos en el imaginario colectivo. Yo tengo una postura muy escéptica al respecto, pues considero que esta posición deja de lado otros aspectos trascendentales y característicos presentes en nuestra narrativa. En este sentido, ¿me gustaría saber si consideras importante que el autor denuncie a través de su obra la problemática política y social en que se vive, o crees más bien que los aspectos que definen ‘’lo específico’’ de nuestra literatura tienen relación con el plano expresivo?

                                      MRR: Primero, y hablo desde mi experiencia, el escritor debe escribir lo que le dicte su conciencia, pero debe escribirlo sin descuidar que lo que está haciendo es arte. Uno puede hablar de lo que sea, pero siempre teniendo en consideración esto que te digo. Aunque no lo creas yo no pretendo que en mis cuentos o escritos haya una denuncia de tal o cual cosa, yo solo expreso lo que determinadas cosas me inquietan. Si el lector ve en ella una denuncia de algo o no, es cosa de ellos, pero lo que me concierne a mí, no pretendo denunciar nada, porque lo que haría no sería literatura sino propaganda. Ahora bien, si hay la necesidad de denunciar ciertas cosas, pues existen medios más eficaces y consecuentes que una novela o un cuento.
                                      Lo que sí no descarto, es que todo lo que escriba, así sea un cuento fantástico, va a remitirnos necesariamente a la realidad. Yo no pretendo maquillar las cosas, si estoy escribiendo de un momento histórico del país, y tengo que decir que el presidente es un asesino, lo diré. En Generación cochebomba, antes que denunciar algo, mi intención era que se conociera un aspecto de esos años terribles desde el punto de vista de los subtes, tal como me sucedió a mí con Conversación en la catedral de Vargas Llosa, sobre los años cincuenta. Entonces creo que eso contribuye a que nos vayamos conociendo como peruanos, y contribuye a ese proyecto de nación que tú mencionas en tu pregunta.
                                      AA: Ha estado muy en boga, a raíz de tu participación, junto a Julio Durand y Rafael Inocente, en el coloquio ‘’Guerra y Literatura’ desarrollado el año pasado en Lima, encasillarte dentro de un grupo de escritores ‘’marginales’’ que escriben sobre temas referentes a la violencia política. Y más aún, he leído afirmaciones donde se les tilda desde renegados hasta incomprendidos. ¿No consideras una falsa conciencia de clase pretender que los discursos emitidos por determinados sujetos desde su lugar de enunciación sean veraces o cercanos a una supuesta verdad? Es decir, ¿cómo pretender que Cueto escriba como Inocente o viceversa? ¿No crees talvez que se trate de un juicio equivocado?

                                      MRR: Claro, y eso no hace menos una obra, porque un cuento o una novela es el súmmum de todo lo que un individuo tiene consigo. Yo no voy a escribir algo que trate, por decirte, de la violencia que tanto ha afectado a los peruanos, y que sea similar en puntos de vista a los de una persona que ha crecido en distintos ambientes de una misma ciudad. Cada uno tiene un punto de vista distinto. Eso es lo bueno de la literatura, que puede darnos una visión distinta de una sola cosa. Ahora que sea valido o no, eso escapa a los autores. Yo no buscó la validez en una obra por eso, sino en otros aspectos que van por el lado de los sentimientos, no por lo racional. Para tal caso leo un ensayo y no una novela o un cuento. Si a mí una obra me conmueve, sea el tema que sea, y escrita por quien sea, me parece válida. Así de simple.
                                      En cuanto a que me hayan encasillado como escritor marginal, será porque publiqué Generación cochebomba de manera independiente, y porque no he aparecido en los medios que según se afirma están manejados por una mafia, pero no me consta, ni me interesa la verdad. En todo caso, ahora que publico en una trasnacional, como es Editorial Norma, y que seguro tendrá una mayor atención de los medios, pues ya no encajo dentro de lo marginal. Eso a mí me tiene sin cuidado. Aunque te diré que nunca me han gustado las etiquetas, pero son inevitables. Y sobre eso de que soy un renegado e incomprendido, eso salió de ciertos comentarios en un blog, comentarios lanzados sin ningún sustento. Porque, primero, no me conocen personalmente, y porque se afirmó que ese conversatorio se dio a raíz de la publicación de la última novela de Iván Thays, cosa por demás falsa porque fue organizada para hablar de cómo la violencia había determinado la creación de nuestras novelas. Y a eso me centré en mi intervención. No voy a ser tan tonto, de tener pocos espacios para hablar de mi libro y voy a perder el tiempo hablando de otro autor, ¿no crees?
                                      AA: Finalmente, pasados dos años desde tu aparición en la palestra literaria con Generación cochebomba, ¿cómo ves la recepción de tu obra por parte de la crítica y del público en general? ¿Cómo te va en el oficio y cuáles son tus expectativas?

                                      MRR: Para mi el mejor crítico es el lector, ése es el que me interesa porque te dice sinceramente si tu obra es válida o no. Por eso que me hayan escrito lectores peruanos y extranjeros que han podido leerla, contándome sus impresiones, las cuales son positivas, me hace sentir satisfecho de que hice un buen trabajo. Aparte las palabras de escritores con buen nombre dentro de la literatura peruana, quienes han destacado ciertos aspectos de Generación cochebomba, me confirman este pensamiento.
                                      En cuanto a mis expectativas, lo único que deseo es poder escribir todos los libros que pueda escribir, y si son publicados de la forma que sea, con una editorial o independientemente, pues colmaran esas expectativas.
                                      AA: El domingo ganamos…
                                      MRR:
                                      “Ganamos” se refiere a que me hablas de la mayoría y en ese aspecto como Alianza Lima es el Perú y el Perú es Alianza Lima, pues de hecho que ganamos ¿o lo dudas? (risas).
                                      AA: Un gusto, Martín. Gracias por la entrevista. ¡Y dale U!

                                      MRR: Asumare, o sea que con cachimba viene la cosa (risas)... pues ¡Arriba Alianza toda la vida!

                                      Fotografía: Rocío F.


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                                      MRR responde:
                                      1. Ribeyro:
                                      -Maestro de cuentos.
                                      2. Vargas Llosa:
                                      -Maestro narrativo.
                                      3. Oswaldo Reynoso:
                                      -Maestro en la búsqueda de la belleza del lenguaje.
                                      4. Miguel Gutiérrez:
                                      -Maestro en el compromiso con la literatura.
                                      5. Novela:
                                      -Una totalidad
                                      6. Cuento:
                                      -La totalidad de lo efímero
                                      7. Rock subterráneo:
                                      -El movimiento juvenil y contestatario más honesto que haya habido en el Perú.
                                      8. Daniel F.:
                                      -Después de Pinglo el mejor compositor de música popular del Perú.
                                      9. Alianza Lima:
                                      -Una de las maneras de sentir y de amar al Perú.
                                      10. Universitario:
                                      -La otra manera y el eterno rival a vencer en todos los aspectos.
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                                      12 abril 2009

                                      Un museo de la memoria para Blanca Varela

                                      Por: Walter Toscano

                                      Colaboración especial para OTRAS VOCES
                                      Publicado el 15 de marzo en el blog personal de Walter Toscano.

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                                      Conocí a Blanca Varela por sus poemas publicados hace ya más de una década en el suplemento dominical del diario El Comercio, es decir de la mejor manera que se puede conocer a un poeta.

                                      Y al leerla me invadió una extraña sensación similar a la de estar oyendo el canto de un pájaro salvaje a punto de alzar el vuelo. Un pájaro oscuro con pies de humano, con voz humana -no de hombre o mujer, como suele apreciarse en muchos poetas posteriores a ella sino simplemente humana-, ojos humanos y corazón de pájaro alimentado con esta realidad mal cocida.

                                      Blanca Varela ha muerto, y su desaparición corporal nos desgarra a todos quienes amamos su poesía (nos estamos quedando sin los grandes maestros de la poesía peruana, vida; pero con la hermosísima distancia de sus cuerpos y la cercanía de sus versos)

                                      Mentiría si dijera que la conocí en vida: sus ojos contemplando la tarde mientras la noche comienza a respirar. Y sin embargo, me enseñó cómo atravesar el camino críptico de la vida por medio de su poesía, y a salir ileso luego de ese viaje, y a conocer el círculo de la muerte desembocada otra vez en vida.

                                      Blanca Varela se nos ha ido de los ojos -pero no del centro del corazón-, se nos ha ido de nuestros ojos que reclaman su persistencia con los versos, con sus versos que ahora ululan y nos dicen que su muerte es una de otras falsas confesiones, que el puerto donde se encallan sus flores para el oído es la luz de día que nos perseguirá hasta conducirnos por el camino a Babel hasta terminar convertidos en fantasmas de cada hora.

                                      Estas pequeñas palabras son para ti, Blanca Varela, mi Blanca Varela, mi poeta favorita.

                                      Ahora todo canta a la altura de tu rostro suspendido como una luz eterna entre la noche y la noche, Blanca Varela, mi Blanca Varela, mi poeta favorita, mi más grande fantasma mil veces muerta, recién nacida siempre.

                                      Casa Grande, domingo 15 de marzo de 2009.


                                      POEMAS DE BLANCA VARELA


                                      Curriculum vitae

                                      digamos que ganaste la carrera
                                      y que el premio
                                      era otra carrera
                                      que no bebiste el vino de la victoria
                                      sino tu propia sal
                                      que jamás escuchaste vítores
                                      sino ladridos de perros
                                      y que tu sombra
                                      tu propia sombra
                                      fue tu única
                                      y desleal competidora.

                                      La muerte se escribe sola

                                      la muerte se escribe sola
                                      una raya negra es una raya blanca
                                      el sol es un agujero en el cielo
                                      la plenitud del ojo
                                      fatigado cabrío
                                      aprender a ver en el doblez
                                      entresaca espulga trilla
                                      estrella casa alga
                                      madre madera mar
                                      se escriben solos
                                      en el hollín de la almohada

                                      trozo de pan en el zaguán
                                      abre la puerta
                                      baja la escalera
                                      el corazón se deshoja
                                      la pobre niña sigue encerrada
                                      en la torre de granizo
                                      el oro el violeta el azul
                                      enrejados
                                      no se borran
                                      no se borran
                                      no se borran

                                      Strip-tease

                                      Quítate el sombrero
                                      si lo tienes
                                      quítate el pelo
                                      que te abandona
                                      quítate la piel
                                      las tripas los ojos
                                      y ponte un alma
                                      si la encuentras

                                      12 marzo 2009

                                      El ''Ave soul'' que retorna

                                      Por: Armando Alzamora
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                                      El programa Presencia Cultural ha realizado un interesantísimo documental con motivo de la reaparición del libro Ave soul (Editorial Doble Príncipe, 2008) del poeta Jorge Pimentel, principal animador del movimiento Hora Zero. Cabe mencionar que este libro es editado por primera vez en el Perú y contiene, además de los poemas, una completa información que nos sitúa en el contexto en que fue escrita la obra y nos facilita su lectura.

                                      En este video podremos apreciar las palabras del poeta horazeriano que, entre otras cosas importantes, afirma: ''Yo creo que los poetas tienen que sumergirse en el dolor, en el desarraigo, en la ternura, en el amor, y que para escribir un poema tienes que lanzarte con todo, sin medir ninguna consecuencia (...) Creo que para escribir poemas hay que ser valiente''. También veremos las opiniones de los editores Arturo Higa y Jerónimo Pimentel respecto al trabajo de edición y el establecimiento del texto, así como una breve entrevista al crítico Ricardo Gonzales Vigil quien nos habla de la importancia de la obra de Pimentel en la poesía peruana.

                                      Presento a continuación el video:

                                      12 febrero 2009

                                      Manuel Bandeira y la poesía brasileña

                                      Por: Armando Alzamora


                                      No hace mucho tiempo tuve contacto por primera vez con la obra poética de Manuel Bandeira, poeta brasileño adscrito al Modernismo, versión brasileña del Modernism angloamericano (entre los país de habla hispana, la Vanguardismo). En lo particular, esta experiencia ha despertado en mí una curiosidad profunda por la lírica escrita en lengua portuguesa desde el punto de vista de su recepción en los países, como el nuestro, de habla hispana. Poco interés, mero desconocimiento, aislamiento inconciente de una literatura a la que -no podemos cegarnos- debemos dar el lugar que le corresponde en Latinoamerica.

                                      No es mi intención abrir aquí la polémica ya desgastada en torno al tema de si debería llamarse literatura hispanoamerica o literatura latinaomericana al estudio de los discursos producidos en nuestro continente. Lo que pretendo es opinar respecto a la obra de Bandeira y sugerir su lectura. Pero para ello, hemos de partir de algo tan fundamental como básico: ¿cómo afrontar la lectura de un autor cuya obra está escrita en un idioma tan parecido al nuestro? ¿ Es necesario aprender la otra lengua para afrontar una lectura cabal o es posible resarcir las barreras idiomáticas mediante la traducción? El lector no encontrará una obra con grandes diferencias si inicia su lectura en español, empero, cierta riqueza, o mejor dicho, cierta tendencia exhuberante hacia el seseo que sólo ocurre en el portugués se pierde irremisiblemente al momento de la traducción. En otras palabras, esa musicalidad poblada de cierta ''aspereza'' (por utilizar un término de Mario de Andrade al referirse a Libertinagem, obra cúspide de Bandeira) la percibibimos en sus totales dimensiones cuando afrontamos la lectura en la lengua original.
                                      No he dicho nada nuevo entonces. Sin embargo, ¿qué nos espera? ¿Es posible que todos los interesados se vean en la obligación de aprender un nuevo idioma para su iniciación? Pienso que no. Se puede -a riesgo de aprehender sólo parcialmente la esteticidad bandeireana- iniciar la lectura en nuestra lengua. Por algo se empieza.

                                      Comparto con los lectores algunos poemas de dos de las obras más fundamentales en la lírica de Manuel Bandeira: Estrela da manhã y Libertinagem .


                                      Jacqueline

                                      Jacqueline murió niña.
                                      Jacqueline muerta era más bonita que los ángeles.
                                      Los ángeles!... Bien sé que no los hay en parte alguna.
                                      Lo que hay es mujeres extraordinariamente bellas que mueren niñas aún.

                                      Hubo un tiempo en que miré hacia tus retratos de niña como miro ahora la pequeña imagen de Jacqueline muerta.
                                      Eras tan bonita!
                                      Eras tan bonita, que merecerías haber muerto en la edad de Jaqueline.

                                      -Pura como Jacqueline.


                                      Jacqueline

                                      Jacqueline morreu menina.
                                      Jacqueline morta era mais bonita do que os anjos.
                                      Os anjos!... Eu sei bem que não os há em parte alguma.
                                      Há é mulheres extraordinariamente belas que morrem ainda meninas.

                                      Houve tempo en que olhei para os teus retratos de menina como olho agora para a pequena imagem de Jacqueline morta.
                                      Eras tão bonita!
                                      Era tão bonita, que merecerias ter morrido nada idade de Jacqueline

                                      -Pura como Jacqueline.

                                      De Estrela da manhã.



                                      EL ÚLTIMO POEMA
                                      Así yo querría mi último poema
                                      Que fuese tierno diciendo las cosas más simples y menos intencionales
                                      Que fuese ardiente como un sollozo sin lágrimas
                                      Que tuviese la belleza de las flores casi sin perfume
                                      La pureza de la llama en que se consumen los diamantes más límpidos
                                      La pasión de los suicidas que se matan sin explicación.


                                      O ÚLTIMO POEMA
                                      Assim eu quereria o meu último poema
                                      Que fosse terno dizendo as coisas mais simples e menos intencionais
                                      Que fosse ardente como un soluço sem lágrimas
                                      Que tivesse a beleza das flores quase sem perfume
                                      A pureza da chama em que se consomem os diamanates mais límpidos
                                      A paixão dos suicidas que se matan sem explicação


                                      De Libertinagem



                                      TERESA
                                      La primera vez que vi a Teresa
                                      Hallé que ella tenía piernas estúpidas
                                      Hallé también que la cara parecía una pierna
                                      Cuando vi a Teresa de nuevo
                                      Hallé que los ojos eran mucho más viejos que el resto del cuerpo
                                      (Los ojos nacieron y quedaron diez años esperando que el resto del cuerpo naciese)
                                      La tercera vez no vi nada más
                                      Los cielos se mezclaron con la tierra
                                      Y el espíritu de Dios volvió a moverse sobre la faz de las aguas.

                                      TERESA

                                      A primeira vez que vi Teresa
                                      Achei que ela tinha pernas estúpidas
                                      Achei também que a cara parecia uma perna
                                      Quando vi Teresa de novo
                                      Achei que os olhos eram muito mais velhos que o resto do corpo
                                      (Os olhos nasceram e ficaram dez anos esperando que o resto do corpo nascesse)
                                      Da terceira vez não vi mais nada
                                      Os céus se misturaram com a terra
                                      E o espírito de Deus voltou a se mover sobre a face das águas.

                                      De Libertinagem.

                                      Marinero triste
                                      Marinero triste
                                      Que vuelves a bordo
                                      Qué pensamientos son
                                      ésos que te ocupan?
                                      Alguna mujer
                                      Amante de paso
                                      Que dejaste lejos
                                      En un puerto de escala?
                                      O tu amargura
                                      Tiene otras raíces
                                      Largas fraternales
                                      Más nobles más profundas?
                                      Marinero triste
                                      De un país distante
                                      Pasaste por mí
                                      Tan ajeno a todo
                                      Que ni presentiste
                                      Marinero triste
                                      La ola viril
                                      de fraterno afecto
                                      En que te envolví.

                                      Ibas triste y lúcido
                                      Antes mejor fuera
                                      Que volvieses ebrio
                                      Marinero triste!

                                      Y yo que para casa
                                      Voy como tú vas
                                      Para tu navío,
                                      Feroz casco sucio
                                      Amarrado al muelle,
                                      También como tú
                                      Marinero triste
                                      Voy lúcido y triste.

                                      Mañana tendrás
                                      después que partas
                                      El viento de lo extenso**
                                      El horizonte inmenso
                                      La sal del mar alto!
                                      Pero yo, marinero?

                                      -Antes mejor fuera
                                      Que volviese ebrio!
                                      De ''Estrella de la mañana''.
                                      Marinheiro triste
                                      Marinheiro triste
                                      Que voltas para bordo
                                      Que pensamentos são
                                      Esses que te ocupam?
                                      Alguma mulher
                                      Amante de passagem
                                      Que dejaste longe
                                      Num porto de escala?
                                      Ou tua amargura
                                      Tem outras raízes
                                      Largas fraternais
                                      Mais nobres mais fundas?
                                      Marinheiro triste
                                      De um país distante
                                      Passaste por mim
                                      Tão alheio a tudo
                                      Que nem pressentiste
                                      Marinheiro triste
                                      A onda viril
                                      De fraterno afeto
                                      Em que te envolvi.
                                      Ias triste e lúcido
                                      Antes melhor fora
                                      Que voltasses bêbedo
                                      Marinheiro triste!
                                      E eu que para casa
                                      Vou como tu vais
                                      Para o teu navio,
                                      Feroz casco sujo
                                      Amarrado ao cais,
                                      Também como tu
                                      Marinheiro triste
                                      Vou lúcido e triste.
                                      Amanhã terás
                                      Depois que partires
                                      O vento do largo
                                      O horizonte imenso
                                      O sal do mar alto
                                      Mas eu, marinheiro?
                                      -Antes melhor fora
                                      Que voltasse bêbedo!

                                      De ''Estrela da manhã''.
                                      _________________________
                                      *La palabra bêbedo significa literalmente borracho. Es posible que el lector no encuentre en el término bebido esa carga peyorativa que sí posee la palabra borracho, pero opté por esa traducción debido al parecido fonético que tiene con el término empleado por Bandeira.

                                      ** ''O vento do largo'': este verso hace alusión al viento que cunde en la extensión de un panorama (en este caso, la extensión del mar). No hay una traducción exacta, debido a que largo en portugués significa ancho y la relación que existe entre las palabras empleadas por Bandeiras crean una imagen sumamente homogénea y poética que no podría decirse con una traducción semánticamente análoga.