13 diciembre 2010

PRIMER MANIFIESTO EGOÍSTA: LA MUERTE DEL LECTOR

[MOVIMIENTO EGOÍSTA]




''La obra de arte no tiene, en el mercado burgués, un valor intrínseco sino un valor fiduciario. Los artistas más puros no son casi nunca los mejor cotizados. El éxito de un pintor depende, más o menos, de las mismas condiciones que el éxito de un negocio. Su pintura necesita uno o más empresarios que la administren diestra y sagazmente. El renombre se fabrica a base de publicidad''.

José Carlos Mariátegui, El artista y la época.

''Hay una literatura que no llega hasta la masa voraz. Obra de creadores, procedente de una verdadera necesidad del autor y para él mismo. Conocimiento de un supremo egoísmo donde las leyes de agotan''.

Tristan Tzara, Sept Manifeste Dada.




1. La literatura no es una mera práctica inocente, es también una acción de auténtica exploración del espíritu. Literatura pensante y autoconsciente; no la literatura que se instale irremisiblemente en la necesidad del otro, negando el objeto, prostituyendo la letra, convirtiendo al autor en un proxeneta vulgar: proyecto estático, producto de consumo, magra mercancía plusválica que no propicia el desarrollo literario.

La cultura de masas ha homogeneizado la lengua al punto que un estilo en grado cero nos cerca. Así, el lector de consumo, como un burdo autómata que programa el autor, se entrega a ese goce insulso y cínico, a esa castración del sentido en que se pierde la individualidad. Por eso un autor que se precie de un mínimo de franqueza con su persona, con el oficio, debería desde hoy olvidar al lector.

2. ¿Pero que pretendemos dando las espalda al lector de consumo? El desarrollo del objeto, desarraigarlo de esa burbuja mercantil, arrojar su devenir en la propia consciencia del autor, someterlo a dialéctica. Dedicarse íntegramente al objeto supone resarcirse de todo tipo de desvío que no constituya al autor con su arte: el autor no deberá buscar los motivos fuera de sí; tendrá que escarbar en su ser, desenterrar su egoísmo, llegar si es posible a la propia locura de su lenguaje, entablar comunión con la forma, ser él y su obra uno mismo. Ese egoísmo compone la enajenación auténtica de la obra (¿quién podría explicar una ínsula?): el devenir se desliza como un ansia salvaje; la literatura, como propio motor, deja atrás su estancamiento.

3. El autor egoísta mediará en el cambio de la pasividad del lector, transformándolo en un buscador de posibles ignotos. La terrible consecuencia: el escritor será así el antihéroe, el ser despreciable que la sociedad de consumo desdeñe. Y para él no habrá otra salida que el nacimiento de un nuevo lector. Esa nueva instancia sería para el autor egoísta su único escape: un lector ideal que se concretice, de carne y hueso, impúdico también, sin más compromisos que la contemplación de un nuevo desorden.

Existe, más allá del rastro infame de la indiferencia, la empecinada convicción de un nuevo lector, modelador objetivo de lo insólito, ordenador tal vez –como en la paranoia, cuestionador de lo desconcertante, descubridor de un nuevo paso (nunca un retroceso), para quien el objeto egoísta cobrará todos sus sentidos.


4. No hay nacimiento que no entrañe una muerte. El lector de consumo –ciego e ignaro- alegará su inocencia sin hallar un sobrio destino, como si al señalarlo, temblara sin saber a ciencia cierta cuál ha sido su culpa. Y el autor egoísta, regocijándose en la soledad de su lenguaje, le verá calcinarse lentamente, desentendiendo sus bramidos, escuchando el crujir de sus carnes y sus huesos ardiendo bajo el fuego fulmíneo de un verbo distinto. Y ahí yacerán, bajo una ruina infinita de libros y catálogos, los abrasados restos del viejo lector.


Juan Valle (Lima)

David Pérez (Lima)

Max Pinedo (Lima)

Luis Boceli (Chiclayo)

Richard Chávez (Piura)

César Chambergo (Cañete)

Erick Sarmiento (Cañete)

Jonathan Alvarado (Trujillo)

John López (Barranca)

Jorge Vergara (Lima)

Jonathan Timaná (Lima)

Walter Toscano (Trujillo)

Armando Alzamora (Lima)

Juan López (Barranca)






17 octubre 2010

Entrevista a Leila Guenther

hPor: Juan Valle

Leila Guenther, autora brasileña, publicará a fines de octubre, por primera vez en lengua castellana, su libro de cuentos El vuelo nocturno de las gallinas1 bajo el sello de Borrador Editores: una excelente oportunidad para acercarnos un poco más a una tradición literaria tan cercana y remota al mismo tiempo.
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JV: Esta es la primera traducción de su obra en el Perú ¿cómo ve esta experiencia de poder llegar al público hispanohablante?

LG: Creo que nosotros, los brasileños, estamos medio apartados de lo que sucede en América Latina por causa de la barrera del idioma: somos los únicos que no hablamos español. Siento la falta de más intercambio cultural entre Brasil y sus vecinos. Así, para mí está siendo gratificante la experiencia de ser traducida en el Perú, porque eso significa que mi trabajo podrá ser leído en la lengua mayoritaria de América.

JV: A propósito del Nobel a Mario Vargas Llosa, ¿cuáles son tus referencias respecto a la literatura peruana y en español?

LG: Personalmente quedé muy feliz con la elección de Mario Vargas Llosa para el Nobel de Literatura. De él conozco Pantaleón y las visitadoras, La ciudad y los perros (que aquí, por lo menos en la traducción que tengo, tiene el curioso título de Batismo do fogo2), y sé que escribió sobre un trágico episodio brasileño, la Guerra de Canudos, en La guerra del fin del mundo. Conozco también un poco del Inca Garcilazo de la Vega, Ricardo Palma, Abraham Valdelomar, Julio Ramón Ribeyro y César Vallejo, uno de los más importantes poetas del siglo XX. De la literatura en lengua española más contemporánea, he leído a Roberto Bolaño, Ricardo Piglia, cuyas reflexiones sobre el cuento me interesan bastante, y, en este mismo momento, la novela Tu rostro mañana de Javier Marías.

JV: Por lo que he indagado, este libro es una recopilación de varios años publicando en diversos medios, cuéntanos un poco del proceso de selección.

LG: Escribí los cuentos que integran El vuelo nocturno de las gallinas en un periodo de diez años. Es un libro pequeño, de donde se concluye que escribo poco y breve. Hice la selección, reescribiendo, cortando, depurando, e intenté ordenarlos de modo que estuviesen ligados por una trayectoria que fuese desde la opresión, desde el sofocamiento, hasta la liberación.

JV: Bien, veo que en muchos de tus cuentos los personajes se mueven en una realidad cotidiana hasta que son sometidos a situaciones insólitas o fuera de lo común: ¿Actualmente continúas esa tendencia en tu literatura? ¿Qué vienes trabajando?

LG: Sí, la realidad cotidiana y cómo lo fantástico, lo extraño, puede surgir de repente y perturbar el orden de las cosas es un tema que sigue interesándome, pero también he trabajado en cuentos donde ocurre lo contrario: las cosas más banales y cotidianas son entendidas como algo extrañísimo e inusitado. Pero mi más reciente publicación fueron poemas inspirados en formas japonesas como el haiku y el koan, que compuse a partir de fotografías sacadas del espectáculo de una coreografía brasileña de origen japonesa que desenvuelve conceptos del budismo zen en su danza (http://www.cronopios.com.br/site/poesia.asp?id=4749).

JV: Tus cuentos mantienen también un constante halo poético, contemplativo, incluso el texto ''Ana Cristina César'' está escrito en verso ¿Literariamente, crees que éste puede ser el rasgo que más te define?

LG: No consigo escribir de otro modo. Creo que esta aura poética a que te refieres proviene de las imágenes que intento crear, de la elección de las palabras y del propio tamaño de mis textos, que casi siempre son cortos. Inclusive yo acostumbraba llamar al texto de ‘’Ana Cristina César’’ como ‘’Cuento’’… Francamente, creo que no existe prosa que no sea poética.

JV: El cuento que da titulo al libro narra la historia de una mujer que espera el regreso de su pareja mientras contempla sus senos y todo a su alrededor de tal forma que se pierde sutilmente en la obsesión e incluso la paranoia ¿Puede ser ésta parte de su visión del amor femenino?

LG: No sé, porque cuando escribí este cuento tenía en mente una cosa muy puntual: que el hombre de la historia no volvería nunca, aunque eso no quede claro en el texto. Él podría haber muerto durante un viaje, podría haber abandonado a la mujer, etc. O sea, no es la visión del amor en general, sino del amor delante de un acto específico: la desaparición de la persona amada.

JV: El epílogo del libro es un collage de diversos fragmentos de textos de otros autores como Machado de Assis, Clarice Lispector, Samuel Becket o Borges, ¿por qué una elección tan heterogénea? ¿Qué influencia crees que recibiste de cada uno?

LG: Gusto mucho de los finales de textos, más que de los comienzos. Tengo una fijación por la última frase, por la última palabra. Por eso, quería componer un texto final hecho sólo de finales que yo juzgaba interesantes. Eso no significa, necesariamente, que haya sido influenciada por todos aquellos autores, sino por ciertas cosas que escribieron.

JV: Muchas gracias por permitirnos conocer un poco más de Leila Guenter, estoy seguro que esta entrevista interesará a los lectores peruanos.

LG: Soy yo quien te agradece, Juan, por la oportunidad de responder a tus preguntas.

1 Título original en portugués: O vôo noturno das galinhas.
2 Bautismo de fuego: la frase tiene dos acepciones, una religiosa y otra militar. Ambas atienden a un significado de iniciación: la primera, espiritual; la segunda, empírica.

06 julio 2010

Un salmón ciego

Por: Jorge Zagal

Julia Wong ha publicado hace unos meses Un salmón ciego (Borrador, 2009). El poemario, que es acompañado por ilustraciones de salmones del ucraniano Alexander Tayssen, rápidamente nos sugiere, al leer los primeros poemas, que nos encontramos ante unos versos que se tratan sobre temas como la migración, el cosmopolitismo, la soledad, la nostalgia y la mujer. Este pez vive en aguas saladas y dulce con las mismas condiciones, al igual que los poemas contenidos en el libro; ellos se desarrollan en Alemania, Argentina, Rusia, Perú y ciertas pinceladas sobre China, esto debido a la gran capacidad migratoria del Salmón que recorre grandes distancias en su vida, pero siempre retorna a su lugar de origen, al igual como los versos a los que nos enfrenta su autora, que terminarán desembocando en el Perú.

Pero el cosmopolitismo no sólo está presente en la geografía del contenido sino en la propia palabra: “On sameness”, “Mandes on the highest building” y “Poem for georg trakl”, poemas escritos en ingles, a excepción de este último donde el español, inglés y alemán se lían entre sí para exponernos un mundo lleno de monotonía que únicamente se acompaña por la soledad y el frío que va recorriendo todo el poema.

El diálogo con la poética de Jorge Eduardo Eielson es totalmente desinhibido, sus formas y sus fondos son sólidos ladrillos del libro para edificar los poemas. En “La guerra”, la prosa de la autora nos cuenta sobre las soledades que ahogan a dos mujeres, una anciana y una joven, la primera sumergida y abrazada por el pasado como su único confort y la segunda atormentada por un presente que comparte con Karl, un alemán que la introduce en un agridulce embrazo y un traumatizado pasado nazi. Así el salmón lucha en todos los versos contra la corriente que, aquí, es el destino.

Un salmón ciego es un poemario con ritmo en la construcción de las palabras e inteligencia y nostalgia cubiertas en sus metáforas. Pero, a pesar de tener un cierto recorrido literario, la autora no logra llegar a una propuesta sólida mediante su voz poética. Su acercamiento a Jorge Eduardo Eielson se convierte en una imagen de una niña que no suelta la mano su padre, pues ahí se siente segura y bien protegida; lo mismo pasa con sus poemas: sólo en algunos soltará la mano del poeta muerto en Milán para intentar expresar su propia voz. Si bien el libro es una montaña rusa, donde a veces se está en la emoción de la cima y la caída, y a veces también se está en el recorrido lineal de la quietud, creo que esta montaña está construida para mantenernos en mayores momentos de efervescencia que de quietud.


WONG KCOMT, Julia. Un salmón ciego. Lima: Borrador Editores, 2009.

29 junio 2010

Las palabras del Rímac

Por: Óscar Limache

En los años 30 del siglo pasado, el gran poeta mexicano Gilberto Owen (1904-1952), nacido en Sinaloa y criado en Toluca, llega a Lima en misión diplomática y hace amistad con varios escritores peruanos de la época. Su libro Perseo vencido, comenzado por esos años, es publicado definitivamente en Lima en 1948.

Tres cuartos de siglo más tarde, el poeta mexicano Felipe Mendoza, nacido en Sinaloa (1968), luego de seguir los pasos de Owen desde su tierra natal hasta Toluca y con el fin de recopilar datos para una futura biografía del autor de Perseo vencido y Sindbad el varado, llega a Lima y recorre las calles y los lugares que años atrás Owen conoció y entra en contacto con una nueva generación de escritores peruanos reunidos en la ciudad de Barranca con motivo del Festival Cielo abierto.

Producto y testimonio de este viaje poético y espiritual de Mendoza a nuestro país son los textos contenidos en Las palabras del Rímac, que el Centro Peruano de Estudios Culturales se complace ahora en publicar como prueba y celebración de esa estrecha y fructífera amistad que desde hace mucho tiempo existe entre los escritores de dos países con tan extensa tradición cultural como son México y Perú.

MENDOZA, Felipe. Las palabras del Rímac. Lima: Centro Peruano de Estudios Culturales, 2010.

17 junio 2010

La verdadera historia de Sarah Ellen

Por: Max Pinedo Yahuana


El viaje que nunca termina de Carlos Calderón Fajardo es una novela corta de tendencia gótica con alusiones a la rabdomancia, la licantropía y el vampirismo.

Se nos presenta un viaje casi épico de un matrimonio singular los Roberts: John P. y Sarah, esta se encuentra “poseída” por la creencia de ser un vampiro; sin embargo, este comportamiento “era una forma de protestar contra la sociedad burguesa: ser anormal hasta el escándalo”.

Los esposos abordan el Estrella de mar al mando del capitán Álvarez rumbo a Sudamérica. En el trayecto desfilan una serie de cosas raras y espantosas, como la desaparición misteriosa de los tripulantes y asesinatos en La Habana, además de la enfermedad que ataca en el trayecto a John: el cólera. Ante la creencia de que Sarah es culpable de estos acontecimientos son expulsados de La Habana e impedidos de anclar en todos los puertos de Sudamérica, pero es en una caleta de Pisco donde por fin el capitán Álvarez se despide de ellos.

Esta novela es otro ejemplo del modo en que la literatura adopta los mitos ancestrales y populares amenazados por la modernidad y los devuelve en forma de leyendas urbanas. Ubicar aquí, el término ancestral, ya que si bienes cierto lo ancestral en el Perú deriva de otros orígenes ajenos al vampirismo, usamos el término para referirnos a un fenómeno que ocurre en la literatura como producto cultural y que, creemos existe en todos los pueblos. En la novela están presentes estas características y el autor con gran maestría, nos brinda una sucesión de datos históricos que justifican el retorno de Sarah en la década de los noventas, luego de que prometiera resucitar después de ochenta años. Sin embargo ahora, reinventada en pishtacos y seres que sacan ojos, elementos que, según el autor, son la analogía de tendencias políticas así como formas de gobiernos y ejércitos de “vampiros, ávidos de sangre”. En la actualidad Sarah “se instala en la cotidianeidad del mundo moderno” paradójicamente venerada como una santa.


CALDERÓN FAJARDO, Carlos. El viaje que nunca termina (la verdadera historia de Sarah Ellen). Lima: Altazor, 2009

13 junio 2010

El fraude del arte moderno

Por: Walter Toscano


Marla y una de sus obras, en el afiche promocional de "My kid could paint that".

Obra de Jackson Pollock.

Marla es una niña que descubre el velo cínico del arte moderno, con la venta de sus cuadros a precios exorbitantes. En el documental “My kid could paint that”, simplemente el manto que cubre el show business de la pintura abstracta se cracela y cae ante nuestros incautos ojos. Y nos preguntamos, ¿qué hace genial a un artista? ¿Es su gran capacidad al resolver en arte su original manera de ver, de sentir? ¿Qué hace genial a un artista? ¿Por qué una pintura cuesta más que otra con estilo similar? ¿Por qué tan fácilmente se confunde genialidad con seudogenialidad? Realmente hay más sobras del arte moderno que obras artísticas, pues el arte se ha despersonalizado.
El arte no debe dejarse llevar solamente por el impulso. Hace varias décadas atrás, un chimpancé ya nos había demostrado que cualquiera que se propusiera podía pintar a la manera de los grandes maestros de la pintura abstracta. ¿Dónde queda, entonces, el conocimiento teórico del color y la composición? ¿Acaso el arte abstracto es producto del azar y no del conocimiento cabal de la teoría del arte visual en su más diáfana magnitud?
La producción pictórica de Jackson Pollock es otra gran mentira. Sus obras resultaron de la casualidad. ¿Reside su “genialidad” en su técnica, en el action painting igual como los niños pintarrajean papeles o paredes? No es que todo el arte actual o de las últimas décadas sea fraude, pero sí la mayor parte de las obras artísticas es basura del impulso. Y en esto los críticos y actualmente los curadores han tenido mucho que ver para que la pintura haya devenido en mierda, mierda pura.
Hace algunas semanas, un grupo de críticos, curadores y gente vinculada mercantilmente al arte en Perú o con intereses personales o grupales, discutieron –entre otros temas- acerca de qué era arte y qué no. Uno de ellos calificó al degradante video Kouri-Montesinos como una muy probable obra de arte moderno. ¿Obra de arte moderno? Así es, leyó muy bien: obra de arte moderno. Entonces vale la pena preguntarnos, ¿quién es el artista? ¿Kouri? ¿Montesinos? ¿Quien puso la cámara a filmar? Acaso, ¿la cámara fílmadora? ¿O es un trabajo colectivo?
Lógicamente, muchos nos dejamos llevar por lo que queremos ver. Yo rayo a lapicero 32 líneas de manera improvisada –como lo haría un niño de 6 años-, y el resultado bien podría ser de agrado para el ojo de un crítico o curador actual.
Hasta la estupidez. Sí, hasta este punto ha llegado el alcance de la vista, hasta estas estúpidas sensaciones provocada por una mente cínicamente entrenada por el inconsciente, perfilada o manchada con incontables desechos verbales, porque el crítico o curador traga y vomita verborrea protegida por el halo sagrado que les ha otorgado la modernidad. Para darse cuenta de ello, apenas nos bastaría con desgajar un diario, revista o catálogo de arte contemporáneo para leer sus burbujeantes teorías en defensa de sus propios intereses: seguir estafando al público que se podría llamar “cultivisual” o “cultiartístico”. Escoja Ud. el mejor término. Y todo ello porque han llegado al tope de sus miradas miopes. ¿Qué podemos esperar de todo esto, de todo este cinismo en que se ha convertido el arte moderno? Sólo pasar a otra ventana pictórica, a otra que tengamos que mirar sin la desconfianza originada por los críticos o curadores de fétidos discursos oficiales, o el círculo vicioso se habrá iniciado.

12 junio 2010

Más Luis Hernández

Por: Pamela Medina

Luis Hernández es una de las voces más representativas de su generación, la del 60. Su poesía buscó una forma particular de expresión. Una suerte de viajero de la vida cuya bitácora imprime un secreto que a la larga será de todos. La manera poco usual de su creación consiste en la elaboración de cuadernos con poemas de corto y largo aliento que acompañan unos gráficos a todo color. Precisamente el poemario protagonista de esta nota, Vox Horrísona, forma parte de esta serie de cuadernos. La obra de Hernández presenta elementos constantes coloquiales, irónicos, pero a su vez algunas citas cultas no escapan del universo lírico que el poeta ha construido. Temas como la vida, la poesía y el amor son abordados desde un lenguaje que pretende hacer poesía desde la cotidianidad.

Para el poeta la poesía es vida (idea que ya venía con Eielson en la generación del 50) y un ejemplo de esta sentencia lo encontramos en el poema ‘’Canción para Wolfang Goethe’’: “Qué breve es la vida / Se inicia la Poesía / La voz que incontable / Y en misterio / Vuelve para tomar / De cada ser su primitiva / Forma”. El acto de escribir es observado como un modo de extraer lo más profundo del ser humano. Esta experiencia surge como inmortalización ante el carácter fugaz de la existencia.

Posteriormente observamos la imagen en otro de sus poemas sin título: “ […] Y creo que La Poesía / Es entregar al Universo / El propio corazón / Sin desgarrarse / "O make me a mask" / Únicamente un ejemplo: / La poesía conduce / Hacia la propia destrucción / Poor Dylan Thomas!”. El acto poético se personaliza, poesía y vida; sin embargo, esta relación más que un acto romántico, en Hernández, se presenta como una manera de ligar el hacer poético a la experiencia cotidiana y citadina. Partiendo de la idea de sus cuadernos como bitácora, Vox Horrísona está compuesto por esas imágenes citadinas como la calles de Jesús María y Barranco. En el poema ‘’Preludio numero ocho en la menor’’, la ciudad, Lima, es poetizada, exaltada desde elementos que forman parte de la urbe y de la rutina del ciudadano en ella: “Los campos del trigo […] Es del color / De Lima mi ciudad / El mismo Sol / Del planeta donde / Yo haya nacido […] Las monedas / De Jesús María / Mi barrio natal. / Tienen el extraordinario / Brillo / De todo lo que amamos […] De lo que alguna vez / amamos / El brillo de los vidrios / En la pista / Cascos de cerveza/ Vitrinas coloreadas / Con la lentitud / De la tarde invernal […] En un árbol / Descansa el universo / Que aún merece / El reflejo / En las tiendas / Coloreadas […]”. Monedas, tiendas, cascos de cerveza trascienden el vínculo ordinario para formar parte del universo lírico del poeta. La ciudad se convierte de esta manera es un espacio que marcará el acontecer literario de este autor.

Otro tema constante en Vox Horrísona es el amor, que no escapa a la vida citadina mencionada. El amor asociado al recuerdo de las estaciones como el poema ''Tres cantos de amor'': “¿Recuerdas tú / La Primavera? / El claro Sol / Y tú sonrienteQuizás así me amaras / ¿Recuerdas tú / Del Sol / El límpido fulgor? […] Olvida mejor / La Primavera”. En el poema ‘’El elefante asado’’, el amor es un instancia fugaz que va a la par con el rumbo itinerante del poeta: “Tengo el sueño vago/ De haberte visto; / Y también entreabrirse / El aire / A tus pasos amor mío. / Y entre vidrios, / Bajo, en el horizonte: / El día”. Sin embargo, no es hasta la aparición del personaje Billy The kid en donde la presencia del amor se vuelve un juego de varias voces y varias maneras de evocarlo: “Pero soy Billy / The Kid / Y como voy / Herido por la / Espalda he / Dejado a mi / Amor, que no / Me espera, / Porque el tiempo / Es breve; pero / Me ama”.

Un elemento, que un crítico mencionó como los nuevos dioses de esta generación de poetas, son las lecturas de Eliot y Pound. Esta particularidad no sólo obedece a una cita de Ezra Pound en el poema ‘’El elefante asado’’, el tópico incide, al modo de Tierra Baldía de Thomas Eliot, en una cantidad de citas textuales en otros idiomas; aunque los contextos evidentemente son diferentes, en la obra de Hernández estas citas vislumbran la complejidad de su mundo, una suerte de distintos códigos que obedecen a la apertura de más lenguajes. En esta línea, hay un rasgo en el que no hemos incidido, pero que desde nuestra lectura merece toda la atención. Nos referimos a la presencia cromática en el poemario. No es otra cosa más que lo relacionado a los colores. La manera poco usual de creación, a la que nos referimos arriba, contempla una relación intertextual con sus dibujos. Es decir, nuestra lectura debe teñirse de rojo, azul o amarillo para poder alcanzar una cabal comprensión del porqué de algunas características presentes en el texto que estamos describiendo. Nos referimos a la función de los colores como epítetos de algunas imágenes representativas en el mundo del poeta. Por ejemplo, en el poema ‘’Canción para Wolfang Goethe’’ la presencia cromática es sencillamente completa: “Los cromáticos yates / Cruzan el mar azul / Azul Prusia / de la Herradura / Los cromáticos días / Que jamás no han de volver / Plenan de flores geranios / Blancos y el esplendor / De los bares: Paz de los bares”. Cuando el autor caracteriza al mar es capaz de reconocer más de un azul o en blanco esplendor de los bares que representa la simbología del blanco con la paz. De este modo, el yo poético construye su concepción del mundo a partir de los colores en donde los días son cromáticos.

Por lo dicho, con Vox Horrísona el lector asiste a un estallido de lenguajes que nos sitúan ante la vida itinerante de un poeta y su bitácora de vida. Las ilustraciones de sus cuadernos trascienden el marco de lo gráfico para trasladar este aspecto particular de captar el mundo y en él su experiencia en la ciudad. Es así, que el poemario dialoga por todas partes convirtiendo la voz de este poeta en un ensordecedor canto.

02 junio 2010

Alucinado

Por: Armando Alzamora

La reciente aparición del libro Alucinado (Lustra, 2009) del poeta Luis Boceli representa un caso atípico en la poesía peruana de la llamada ‘’Generación del 2000’’. Su lectura nos llevará a plantearnos una primera cuestión ineludible con respecto a sus coetáneos: ¿existen poéticas coherentes que sustenten la práctica escrituraria? Una revisión sin mucho rigor en las publicaciones más significativas de la década delatará una respuesta desalentadora. Sin embargo, ya que existen pocas excepciones, es necesario incluir desde ahora en ese grupo a Luis Boceli.
Alucinado es la segunda publicación de Boceli, pero es preciso acotar que presenta una estrecha relación con su ópera prima Pizzicato Labio (Hipocampo, 2006): una serie de epígrafes sacados de esta última se despliegan a lo largo del libro, en una clara emulación al Martín Adán de Travesía de extramares. Respecto a este punto, también es importante resaltar la presencia del heterónimo Silecob (léase Bocelis) en ciertas citas como una intención del autor por ficcionalizar su identidad.

El libro lo componen catorce poemas; dos de ellos, los primeros, bien pueden considerarse como notas introductorias del corpus. Por ejemplo, el texto inaugural es una dedicatoria sarcástica sin fin protocolar: ‘’Dedico este buffet irónico a mis progenitores, hermanos, amigos, a la flight attendant del cielo asiento número 42 y a la fiel doctora que peina mi alma tropical aunque ya no esté conmigo. (Esto es un libro motorizado, si manejo mal llamar al 997304032 o al 99430013) ''. El segundo poema, intitulado ‘’Manifiesto Alucinado’’, actúa, con su cota de ironía, como un extraño paratexto, pero también como un arte poética: ‘’Porque hasta lo circular tiene sus deformaciones/ Como el Sol que se extingue, por no decir / que se desinfla como los neumáticos’’. El poeta parece, desde el comienzo, soplarnos al oído la irónica inflexión de su lenguaje.

La estrategia de Boceli es partir de la anécdota, del desencanto mordaz de la vida, procreando, a su paso, un discurso por momentos proverbial. Es así como rastreamos los tránsitos de su voz: la transformación paulatina del texto en un objeto estético maduro. El poeta es consciente que el armatoste de su poética es un constante retorno: o al momento crucial o a los detalles simples, impresos u omitidos por la memoria, para recuperarlos e insertarlos en un renovado discurso reflexivo que se mueve en el presente. Dada su movilidad, su discurso poético no es estático, porque sobre la marcha vuelca su mirada sobre el pasado para reactualizarse. Es la manera como Boceli expone sus temas. Vemos por ejemplo, la existencia de una tesis amorosa: el poeta "discrepa de Ovidio", censura su arte, nos canta uno nuevo: "A las mujeres ahora les gusta los lugares públicos, al aire libre". Y en su tesis cabe todavía la posibilidad de un amor elevado, aunque nunca exento de ese hálito hedonista: "Económicamente hablando el amor no es gasto, es inversión:/ Tú das amor para recibir amor./ Saber vender es saber cobrar./ Yo no te cobro por tus servicios, / nos pagamos mutuamente en especies".

Boceli discute la poesía con poesía, "le jala las patillas a su arte", su poética es un cuestionamiento constante de su propia concepción. Por eso este libro es una evolución en comparación con el grueso de su generación; por eso he afirmado al inicio que el poeta forma parte una legión diferente: es dueño de una dicción con sustento, impulsor de una poesía manifestaria e insurrecta (bástenos leer los manifiestos que aparecen en el internet bajo su nombre) que espira coherencia.

La poesía debiera ser un acto de descubrimiento, el acceso a un código develador y prodigioso, o, como diría Huidobro, "el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida". Con Boceli asistimos al cumplimiento de ese precepto; poética y praxis confluyen, como aguas de dos afluentes cercanos, en un mismo caudal. De nosotros depende navegar por sus aguas o dejarnos llevar por las sosas corrientes de la poesía actual.

BOCELI, Luis. Alucinado. Lima: Lustra editores, 2009.

25 mayo 2010

Los vientos enemigos

Por: Pilar Alzamora Del Rosario.




Sinaloa (México) alberga una línea de escritores de cariz simbolista e intimista en los últimos años. Entre los representantes del cuerpo poético sinaloense encontramos a Jaime Labastida, Sergio Elizondo, Gilberto Owen, Lourdes Sánchez y Felipe Mendoza quien inicia su labor poética en los años ochenta.

Felipe Mendoza (Camcho-Sinaloa, 1968) es autor de los poemarios Acertijo de color (1993), Fatiga para una luz (1995), Fruto de soledad (2002) y Los vientos enemigos (2006). Esta última publicación se divide en tres poemas de justa extensión: “El título del día”, “Las páginas manchadas por el lodo” y “Los vientos enemigos”.

En las primeras cuarenta páginas Mendoza construye su unidad poética a través de los esquemas de tiempo- vida efímera y cotidianeidad. Elementos como el calendario, el viejo reloj, las horas y los años, el suicidio y la preñez, moldean sus versos con la intención de darle un tono romántico.

Recurre constantemente a un estado de evocación del yo infantil, del aprendizaje y de la contemplación del tiempo a través del paisaje y contrapone el recuento de dicha memoria con el presente. Aquel yo invoca a un nosotros al lado del poeta, ya que la imagen de soledad que trasmite Mendoza es soledad en/entre todos los hombres frente a finitud de todas las cosas.

La segunda división: “Las páginas manchadas por el lodo” está diseñada horizontalmente, apelando al lector a recordar aquel fin conocido de los inicios vanguardistas. El lenguaje varía en su direccionalidad; abandona el tono restrictivo de algunos versos y desentraña nuevos tópicos sin dispersar en ciertos pasajes la unidad armónica: “un puñal atravesado en la espalda de un niño” (58) o “niño o niña lo que sea pero que joda siempre” (66). Los hijos, la fama y la vejez para la contemplación van resumiéndose dialécticamente en una sucesión armónica que desea obtener el poeta sin dejar las fronteras infantiles. La imposibilidad de hacerlo lo confronta con la angustia.

En la tercera y última división enfatiza las coordenadas temporales inadvertidas en el hombre que no aspira a tratar de corregir el tiempo sino a evitar que éste nos arrastre. En repetidos instantes la mención de ríos y lagos cobrarán importancia en la descripción.

En definitiva, la sensación que nos deja la lectura de Los vientos enemigos es tal vez un evidente y marcado acogimiento de la prosa poética juanramoniana, la re-valoración del ya mencionado paisaje como lo hizo Antonio Machado en Campos de Castilla, y la ideas de vida efímera y fama en la lectura de las coplas manriqueñas. Mendoza recoge, a su vez, la influencia de estos tópicos en Gilberto Owen, poeta que perteneció a la Generación de los contemporáneos en México, y a quien el autor de Los vientos enemigos reconoce como claro modelo.

Se rescata del poemario el enorme intento de cautivar al público lector con una escritura madura que busca la totalidad mediante motivos universales registrados en distintas tradiciones y la reflexión directa sobre la humanidad y la soledad a la que llega todo hombre.



MENDOZA, Felipe. Los vientos enemigos. México: 1ed. Ediciones Sin nombre, 2006.

21 mayo 2010

El alcohol de los estados intermedios de Gladys Mendía

Por: Renatto Gallesse

En El alcohol de los estados intermedios (2009), Gladys Mendía nos representa un panorama de la inquietud a través de la naturaleza en transición, pero no una naturaleza vegetal, sino la naturaleza del ser en su origen y en sus fases. Los motivos de esta transición se desarrollan con formas de voz, de incendio, de cavernas y autopistas que se conectan con los estados finales.

Su poética nos presenta una visión de angustia, una perspectiva que cuestiona a la palabra misma para recrear su significado a partir de una noción de estados intermedios o de nuevas etapas de experiencias. Por ello, en algunos versos se refleja el cuestionamiento del tiempo mismo: “El tiempo está en guerra por violencia pura/ por saberse infinito y libre”; de esta forma la temporalidad está presente pero no altera la funcionalidad de los procesos. Los estados intermedios buscan el cambio a partir del dinamismo de las experiencias, como es el caso del túnel, que simboliza el origen de una nueva noción de ser.

Los límites se organizan como una pauta entre el mediador que se aleja del tiempo y la esencia misma que perdura por la continuidad en la materia. Esta materia se manifiesta en dos formas: en el uso y el desuso mediante el desarrollo de la etapa cambiante, es decir, que el objeto lucha por mantenerse objeto, pero es a su vez atrapado como parte de un proceso inevitable. La independencia de la materia representada por la montaña, la nieve y el mar expresan una desesperación por no sucumbir ante un estado final en el proceso del ser.

Por último, hay que señalar que en El alcohol de los estados intermedios podemos observar, además, la conexión de espacios que se mueven a través de dimensiones disconformes e incompletas con el objetivo de hallar un estado de equilibrio en la esfera del ser y en la esfera del estado intermedio.


MENDÍA GUTIÉRREZ, Gladys Solange. El alcohol de los estados intermedios. San Cristóbal: Ed. El perro y la rana. 2009.

05 febrero 2010

Escritor argentino cambia la historia de su país

Por: Juan José Podestá

Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 8 de septiembre de 2008.

A propósito de los nuevos “próceres” de esta parte de América, Cucurto dice: “Siento una profunda admiración por Hugo Chávez, de alguna manera representa lo mejor y lo peor de la política, nos retrotrae a nuestro viejo pasado caudillista”.
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Elefantes pisando africanos, negras muertas que son violadas por soldados argentinos, próceres de la independencia sudamericana fumando hierba en plena selva y muchas alusiones sexuales. Estos son algunos de los delirantes pasajes que aparecen en "1810. La revolución vivida por los negros", la última entrega del argentino Washington Cucurto.

En el libro, publicado por Emecé, el poeta y creador de la editorial "Eloísa Cartonera" recrea en clave de ficción los sucesos que finalizaron con la Independencia de Argentina, y otorga un papel preponderante a la masa de esclavos negros que por esa época habitaban Buenos Aires.

"Todo surge de una idea que tuvimos con mi amigo Santiago Llach, en la cual decidimos que sería muy divertido reescribir la revolución argentina. La reescritura es un ejercicio, una experimentación liberatoria que debería darse en los colegios como un juego", afirma el autor de "La máquina de hacer paraguayitos", entre otros libros.


ALTER EGO DELIRANTE

Cucurto cree que este libro es una manera de asomar el saber académico al mundo popular: "No hay historia oficial, ese es otro malentendido. El pueblo no lee ni escribe, es analfabeto, hambreado. Partamos de la idea de que todo es una ficción, no hay manera fehaciente de constatar la veracidad de aquellos libros".


Y continúa diciendo que "hay que acercar los libros de historia al pueblo, y el pueblo tiene que ser crítico, leer mucho. ¿De qué nos sirve hoy día San Martín cruzando Los Andes?".


En la novela no hay cabidas para los actos heroicos. "La figura del prócer me parece decadente, megalómana y falocrática. Es la misma figura del caudillo político, del reseñista cuasi erudito de los diarios, del empresario progresista que se vuelca a la política", despotrica este amante de las bailantas. Sin embargo, considera que "ese San Martín es un poco yo, un alter ego delirante de mi otra vida. ¿Y por qué no? Creo que San Martín fue muy delirante, un tipo fuera de serie, un gran ídolo".


Todo lo anterior explica que Cucurto nada tenga que ver con la literatura "seria". "Odio la gramática y a los gramáticos estilo Fernando Vallejo, que creen que escribir bien es escribir para los escribanos".

30 diciembre 2009

''La antipoesía es un mito chileno''

Por: Gonzalo Abrigo/ Juan José Podestá

Colaboración especial para OTRAS VOCES.
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 25 de octubre de 2006.
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Antonio Cisneros conversa mañana con Raúl Zurita en Estación Mapocho.


Uno de los principales poetas del país invitado afirma en esta entrevista que “en ‘Trilce’, de Vallejo, hay más antipoesía que en la del autor de ‘Versos de salón’”. “Parra me parece una persona inteligente, bondadosa y graciosa, pero con toda franqueza a mí su poesía no me dice nada”, afirma.




La siguiente conversación se realizó en un conocido hotel de Providencia en noviembre de 2004, donde el desenfadado poeta limeño partió contando, acompañado de una cerveza sureña, la primera vez que salió del Perú. Tenía veinte años y fue nada menos que a Chile para los encuentros de escritores jóvenes que organizaba el vate Gonzalo Rojas en Concepción.
Quien ha obtenido el Premio Casa de las Américas, la Beca Guggenheim y hace dos años el Premio José Donoso, de la Universidad de Talca, mañana vuelve al país a conversar, en la Estación Mapocho, con Raúl Zurita bajo el lema “De la metáfora de la experiencia”, a las 19:30 hrs., en la Sala Pedro Prado.



MUCHACHO CHOLO Y POBRE

-¿Cuál es tu vínculo con la tradición poética peruana?

-La poesía peruana como tal me cuesta mucho definirla. Ahora, en el Perú pasa una cosa muy curiosa con Vallejo, su obra poética no ha tenido tanta influencia...

-Es más lo que representa su figura ¿no?

-Vallejo era un muchacho cholo, de una pequeña aldea de la sierra norte del Perú. Ahora, si este muchacho cholo y pobre es uno de los grandes maestros de la lengua castellana universal, eso quiere decir que para esos infinitos muchachos, cholos y pobres, Vallejo es un ideal. Los peruanos no hemos inventado ni el ascensor, ni siquiera un compuesto químico ¡pero tenemos a Vallejo!

-Tu poesía se basa en lo urbano.

-No puedo vivir en ningún lugar donde no haya un cafetín y un quiosco de periódicos en la esquina de mi casa. Mi poesía de algún modo es una crónica de viaje.

-¿Cuál es tu vínculo con la antipoesía?

-El criterio de antipoesía en gran parte es un mito chileno. Parra me parece una persona inteligente, bondadosa y graciosa, pero, con toda franqueza, a mí su poesía no me dice nada ni me transmite nada. No creo que haya tenido gran influencia o cambiado radicalmente el pensamiento poético. En “Trilce”, de Vallejo, hay antipoesía desde la poesía.

-¿Y a qué poetas chilenos te sientes cercano?

-A Enrique Lihn y Jorge Teillier. Lihn un año antes de morir se iba a casar con mi primera mujer, tenía todo organizado. A las finales encontró armonía en el Perú; el Instituto Nacional de Cultura de esa época le iba a dar una casita en alguna caleta de la costa norte. Y a Teillier le encantaba Lima, tenía su grupete de amigos que le pagaban su pasaje, tres, cuatro veces por año.

-¿Cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era la poesía?

-Siempre estaba convencido de que iba a ser poeta, pero además ensayista, dramaturgo, pintor, dibujante... Yo no concebía una vida fuera del arte...

28 diciembre 2009

El poeta y la ayahuasca con Ginsberg

»»Por: Juan José Podestá««
Colaboración especial para OTRAS VOCES
Publicado originalmente en el diario La Nación de Chile el 21 de abril de 2008:
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LEGENDARIO VATE PERUANO PUBLICA LIBRO LUEGO DE 30 AÑOS.
El creador andino Walter Curonisy está en nuestro país para presentar “Rehenes del tiempo”. Acá, cuenta cómo conoció al autor de “Aullido” y dice que “Nicanor Parra ilumina a Chile”.


En Perú suele decirse que Curonisy es carne de estatua. Esto, porque ha llevado una vida digna del arte al que se dedica: en los años 60 conoció a Allen Ginsberg, se fue a la selva con él y consumió todas las drogas posibles; fue pareja de Raquel Jodorosky, hermana de Alejandro, y protagonizó varias teleseries peruanas, entre ellas la recordada "Simplemente María". Hoy vive con su señora, Elvira Roca, en el retirado balneario de Huanchaco, en un autoexilio que considera "sanador".

Hace una semana llegó a nuestro país invitado por el Centro Cultural Balmaceda 1215, para homenajear al poeta César Vallejo. Pero además, este viaje le dio la oportunidad de presentar "Rehenes del tiempo", un poemario con el que rompe 30 años de silencio escritural, y cuya cuidada edición estuvo a cargo de Elvira Roca. "Escribir fue reconciliarme conmigo, y como nunca envidié a muchos de los imbéciles que escriben en Perú, no tenía apuro", afirma. Además, el peruano reconoce que fue su señora la principal motivadora: "Habiendo tanto mediocre publicando, tú te guardas lo tuyo, me decía ella", cuenta.

Si bien Curonisy había editado en los setenta dos breves poemarios que le merecieron el respeto de los lectores y la crítica, es con "Rehenes del tiempo" donde realiza un summa de su poética. En el texto hace dialogar a Occidente con Oriente, se pasean personajes como Jesús y Nietzsche, hay dibujos, haikus y diversos registros líricos. "Mi idea es abolir la oposición de los contrarios. Yo creo en la coincidencia opositorum, base de muchos pensamientos místicos. La poesía debe unir todo lo que aparentemente está disociado".


ALEJADO DE LOS EXCESOS

"En el 61 Ginsberg llegó a Perú desde Chile, y le preguntó a unos poetas que necesitaba a alguien que le consiguiera cocaína. Me sugirieron a mí". Así recuerda Curonisy cómo conoció al poeta de "Aullido". Relata que "en ese momento estaba con Raquel, y le propusimos ir a la selva a consumir ayahuasca, y así fue que nos fuimos a ese viaje místico donde probamos de todo. Ginsberg es un iluminado, un maestro".

Ese recorrido le inspiró al poeta norteamericano, que se hizo amigo de Curonisy, sus famosas "Cartas del Yagué". Además, los versos finales de "Sándwich de realidad" son un explícito homenaje al vate peruano, quien en 1977 publicó "Poema a Allen Ginsberg", y a Raquel Jodorowsky.

"Yo creo en los poetas iluminados, los grandes alucinados de la poesía, Blake, Nerval, los poetas de la India y oriente. Ellos nos enseñan que el conocimiento poético está cargado de hibridez", señala.

En los setenta Curonisy cambió radicalmente de giro: pasó de poeta a galán de teleseries, siendo actor principal en producciones tan recordadas como "Simplemente María". De hecho, fue éste uno de los motivos por el que calló poéticamente: "Salía de los canales, ese mundo asqueroso, y las niñas te pedían autógrafos, toda esa basura, y no me sentía con fuerzas para escribir".

Curonisy, alejado ya de los excesos, dice que de los poetas peruanos sólo admira a Vallejo, pero en Chile respeta a varios: Raúl Zurita, Nicanor Parra, Pablo Neruda y Gonzalo Rojas. "Parra ilumina a Chile con su sentido del humor. Chile está hecho de Neruda y Parra, la solemnidad de uno y la falta de respeto del otro".

Sobre los conflictos que actualmente tensionan las relaciones entre ambos países, el poeta es categórico: "Hay unas basuras que quieren poner a Chile contra Perú, y me paso por los cojones a quienes azuzan a Perú contra Chile".

18 noviembre 2009

Otros villanos

Por: Joe Montesinos
Otros villanos es una interesante muestra de la literatura peruana joven actual, además de un importante documento que podrá ser tomado como referente en algunos años, puesto que es una selección de textos inéditos (y que probablemente solo salgan en este libro) y una compilación sesuda y bien elaborada. Otros villanos se divide en dos libros, uno de narrativa y otro de poesía, con textos de las tres primeras promociones de Literatura de la Universidad Nacional Federico Villareal. Una muestra valiosa del arte escrito de dicha casa de estudios. El lector tomará el libro en sus manos y no lo podrá dejar. Una nueva editorial independiente ha tomado interés en esta importante realización: Pájaros en los Cables Editores que se complace en invitar a todos los interesados en la buena literatura a la presentación de los libros OTROS VILLANOS poesía y narrativa, obras en las que se muestran los trabajos de jóvenes escritores destacados como Alessandra Tenorio, Víctor Ruiz, Carlos Saldívar, Joe Montesinos Illesca, Antonio Taboada, Carlos Morales Falcón, Nadeshda Rodríguez, René Llatas Trejo, Ilich Quispe, Jorge Luis Obando, Paola Roncal, entre otros. Dicho evento se realizará el lunes 23 de noviembre a las 7:00 p.m. en el Instituto Raúl Porras Barrenechea (Calle Colina 398, Miraflores). Nos acompañará en los comentarios, el reconocido escritor, Oswaldo Reynoso y el poeta Ronald Portocarrero. Como ya mencioné, estos libros se recogen textos de 16 poetas y narradores, algunos con libros ya publicados, y otros que aún mantienen sus obras inéditas. Siendo esta muestra, en poesía y narrativa, una importante selección que sin duda (y redundo una vez más en lo ya dicho, pero es que es cierto) será un buen aporte a la literatura actual. También estarán presentes, autoridades de la referida institución y otros invitados de honor. Están todos invitados. El ingreso es libre.