15 agosto 2008

EL CUARTO PODER: PERIODISMO, TELEVISIÓN Y PODER

___________________________________________________________________ »» Por: Pamela Medina






… en realidad escribo por escribir. Porque escribir es una manera de desahogo, este es un intento por provocar a todos los que no pueden desembarzarse de buscar la verdad.

El periodismo en nuestro país y en otras partes del mundo ha sido bautizado como el cuarto poder después del legislativo, el ejecutivo y el judicial. Éste se materializa mediante la radio, el internet, los diarios o revistas; pero de una manera masiva a través de la televisión. Podemos decir que nuestro acercamiento al periodismo se encuentra en gran medida por la televisión. Los medios de comunicación, entonces, tienen un papel muy importante en la difusión del cuarto poder.

Una de las armas que identifica al periodismo es “la libertad de expresión”. Con ésta se encuentran en la capacidad de opinar libremente, denunciar injusticias, y pedir cambios. La libertad de expresión fue el emblema que se utilizó para devolver la democracia al país tras el gobierno de Fujimori y es la que tanto se reclama en países como Venezuela por ejemplo. En este sentido el cuarto poder representó para el gobierno un foco de críticas constante, un expositor de sus errores, un denunciador de sus atropellos, etc. por lo tanto la gran oposición. La única manera de seguir con la dictadura es aboliendo el síntoma, bajarse a la prensa, callar al periodismo, y comprar los medios de comunicación.

Los tres poderes del estado peruano se encargan de producir leyes, dirigir los servicios públicos, defender la nación, en resumen de modelar nuestro país bajo unos parámetros determinados. Tenemos derechos; pero debemos de seguir ciertas leyes para la correcta convivencia con otros peruanos. Bajo esto, somos ciudadanos con facultades para desenvolvernos en la sociedad y para hacer uso de los servicios públicos. Y por ultimo nos encontramos representados a través de una persona (peruana como nosotros).

De esta manera tenemos un modo de desenvolvernos en nuestra sociedad, poseemos una constitución que debe ser respetada, entidades que nos defienden y alguien que elegimos democráticamente. Sin darnos cuenta ya hemos sido etiquetados y moldeados: hemos sido simbolizados. Nos llamamos peruanos porque creemos ser peruanos y porque estos tres poderes nos hacen verlo así. Compramos una realidad que está impuesta por el poder para así conseguir la convivencia social. En este sentido -como lo dije antes- el periodismo va ir develando estos mecanismos de poder; sin embargo va ir simbolizando y transmitiendo otros. Y es que la labor del periodismo no termina sólo en la información, en ser los transmisores -eso lo dejamos a los medios- sino que nos van a transmitir su opinión.

Vemos el poder como el que puede más, lo atacamos, le damos rostro, lo vemos como el individuo vestido en terno que está en el gobierno. Vemos el poder por verlo. Sin embargo no hemos reparado en como existen otro focos que se apoderan de nosotros, y al igual que los tres poderes anteriores, hacen desenvolvernos de una manera determinada. En un artículo publicado en el Diario el Comercio, Mario Vargas Llosa ve que el cuarto poder en algunas circunstancias se convierte en el primero ya que es un factor esencial de progreso y modernización a su vez como el que impulsa la cultura democrática, ejercitando la libertad de información y el derecho a la crítica. No lejos de una visión idealista, es así como debe ser la función del periodismo; pero qué sucede cuando creemos fidedignamente en definiciones como ésta y no vemos más allá. Lo más probable es que compremos sin reparo, sin advertencia, sin un tamiz a escupir y digerir lo que queremos internalizar, toda la información que la prensa destine para nosotros. Creeremos ciegamente que esa es la verdad. No hay violencia más grande que la que el periodista hace cuando se autoproclama como el defensor y abanderado de la verdad. Violencia para nosotros que todos los días tenemos que ver la noticia por la televisión, en los periódicos, o escucharla en las radios. La prensa da su opinión sea cierta o no hasta el punto de hacernos creer que es cierto lo que dice.

Ver el amplio campo del periodismo me llevaría buen tiempo es por eso que me centraré en aquel que es transmitido por la televisión. Diariamente durante las mañanas la televisión está plagada de noticieros que pugnan por tener la noticia más “calienta” o la primicia del día. El televidente tiene varias opciones o varias coacciones para elegir o dirigir su atención a una de ellas. Se encuentran los titulares, que son los hechos más saltantes del día. Pregunta: ¿y el resto de información? Esto es lo que llamaremos el método de la tijera. Ya que se recorta la noticia a los hechos más destacados. La noticia esta por ahí; pero es la misión del periodista exponer la que consideren más importante presupuestando lo que en definitiva es lo que más nos importa. Tras la noticia se encuentra la opinión del periodista la cual ha rebasado el criterio imparcial hasta el punto que cuando vimos la noticia del tipo que violó a una niña nos aunamos al eco de la voz que dirige la información para decir: monstruo, ya cayó el maldito. No encontramos así la posibilidad (antes de juzgar) de ver a un sujeto con problemas, que tras su terrible acto, debe necesitar mucha ayuda. Vemos que la opinión deforma el criterio imparcial. O cuando se introduce por todos lados las “apropiaciones” que Chile hace de nuestro pisco, chirimoya, suspiro a la limeña, etc. Dan la noticia y ponen imágenes de archivo pasadas sobre la ministra chilena, sumando a esta nota una mini encuesta a personas que alimentan este sentimiento de arrebato y apatía en contra de nuestro vecino país. Resultado: el Pisco el peruano, la Chirimoya es peruana, y ¡por favor! el Suspiro a la limeña también. El periodista también está presente como el catalizador de los sucesos culturales es así que cuando salió el Código Da Vincci se hicieron mesas, en vivo, de discusión con historiadores y teólogos para hablar sobre que tan verídico era lo que el libro afirmaba. O cuando el periodismo de espectáculos agranda los escándalos de Jaime Bayly y busca a los personajes de sus obras en carne y hueso en nuestra inefable farándula. El periodista no puede desembarazarse de buscar siempre la verdad. Estos criterios son asumidos por las masas que confían en los medios informativos. Es la máxima de si se dijo en televisión debe ser verdad.

El periodismo tiene sus aristas como el periodismo de espectáculos y el deportivo el primero muy cuestionado. El método tijera es usado también por el periodismo deportivo. Del 100% de información que podemos ver en un programa deportivo es entre un 85 %a 90% sólo de fútbol es resto engloba la miscelánea mínima deportiva como: voley, surf, tenis, etc. Es como si en nuestro país deporte fuera igual a fútbol.

De todo este recorte de información sacamos la manera en cómo este cuarto poder nos ha moldeado como sujetos que hacen eco de las opiniones del periodista, en señal abierta, como la suya. Somos cosificados por la prensa que presupuesta la información que nos puede interesar o la que nos debe interesar. Es cuarto poder no porque puede más que los otros tres, no porque nos hace más cultos y nos inyecta el germen crítico (aunque así debería serlo o podría serlo) si no porque nos está simbolizando la realidad de un manera que modela a aquellos a quienes les transmite, mediante la libertad de expresión, su o la información. En algunos casos se transmitió el poder como en el dictadura de Fujimori donde se podía hablar de un periodismo vendido y parcializado al gobierno. Claro ahí no era cuarto poder. Con el fin de la dictadura el periodismo peruano se apropio de este nombre, aparecieron programas periodísticos, uno con el nombre de Cuarto Poder otros como La Ventana Indiscreta. Programas a los cuales no se les puede restar merito por la buena labor que han ido realizando. Pero ¿hasta que punto podemos hablar del fin de esta dictadura, la de un poder para entrar a otra la del periodismo? ¿A que voz ajena le estamos haciendo caso? Lo desagradable no es esta situación, lo desagradable es creer que sólo los periodistas y el periodismo son los únicos en transmitirnos la verdad, lo desagradable es comprar esa idea caer y creer ciegamente en todo lo que el periodismo materializado por la televisión, la radio, etc. (medios de difusión masivos y poderosos) nos dice. No pensemos en encontrar un periodismo o información objetiva ya que esa gota de subjetividad no la podemos retirar de nadie. Pero si percibir de qué manera se esta manejando aquello que consumimos y compramos intelectualmente. “El periodista pone lo que quiere” ¿y que? El escritor hace lo mismo, yo también estoy haciendo lo mismo. Está en cada uno consumir todo o escupir lo innecesario y digerir lo necesario. ¿Cómo saberlo? Es una pregunta que sigo respondiendo con el ejercicio de mis actos y mi insistencia por reparar en lo que se destina para mi consumo.

2 comentarios:

Omar Jaimes dijo...

Sin duda un interesante ensayo, pocas veces tengo la oportunidad de leer reflexiones y autocrítica de una disciplina tan importante, por no decir vital, en nuestro tiempos. Aunque se hace necesario hacer algunas acotaciones, salvo que tu o alguien me demuestre lo contrario. Empezare por algunas cosas bien básicas. En primer lugar no es el periodismo lo que se materializa sino su practica o el trabajo que se hace con sus métodos, si cabe el término “materializar”, pues yo utilizaría la palabra “se difunde” ya que ni la radio ni la televisión ni la internet pueden materializar algo, son medio audiovisuales y lo que se transmite es información. Mucho cuidado al utilizar los términos, no se puede pecar de ingenuos tampoco.

Por otro lado el sentido de la peruanidad es algo que se transmite precisamente a través de la “media mass”, también a través de la socialización de los individuos y de las instituciones estatales como los colegios, los municipios, los ministerios etc. Sin embargo las pautas, valores y normas de comportamiento no necesitan de un Estado o de una constitución para que se den, estos son anteriores a él e incluso pueden prescindir de él, en ese sentido tampoco nos podemos ver como meros moldes de la republica peruana, si bien es cierto que la nacionalidad es la forma en que nos imaginamos como comunidad, esto no implica que seamos meros receptores, reproducimos, recreamos y resimbolizamos la manera de ser peruanos. Si el Estado peruano tuviera el poder que le atribuyes hace mucho que habrían desaparecido los regionalismo, los conflictos interétnicos o los caudillos. Ahora tampoco hay que ser ingenuos respecto a la labor del periodismo, si bien es cierto que muchas veces develan los mecanismos de poder, también ocultan los nuevos que vendrán, históricamente estos siempre han tomado posición o partido por algo o alguien. Así lo demuestra el Comercio y su viejo rival La Prensa; o diarios contemporáneos como La Razón frente a Correo.

Respecto al apoderamiento de la verdad, tienes mucha razón en eso, hay están los tan reclamados Cesar Hildebrant y Cecilia Valenzuela, cuyas efusivas y emotivas afirmaciones los hace ver como los moralizadores de la política peruana. Pese a que ambos no se pueden ver ni en pintura. Pero en fin, hay muchos periodistas así sobre todo en las regiones del interior del país es increíble y hasta penoso todas las barbaridades que pueden transmitir por esas radios.

Sin embargo, posteriormente te arriesgas demasiado al asumir la defensa de los violadores o de los chilenos, en una cultura tan autoritaria como la nuestra asumir posiciones como esa puede ser catapultador. Es probable como tu dices que un violador sea un sujeto con anomalías mentales que necesite ayuda psicológica, pero eso no justifica ni redime la acción realizada, es decir, no hablamos de niños ni de adolescentes si no de individuos entre 20 y 50 años, que normalmente tienen conciencia que lo que están haciendo esta mal y que no sólo esta penado por la ley sino también por la sociedad. Si no de que otra forma se explica que se vean en la necesidad de asesinar a su victima o de chantajear con hacer lo mismo con sus hermanas o familiares, si no es para callar su silencio. En ese sentido, son personas que en definitiva, no pueden contener sus impulsos sexuales y representan un peligro para la sociedad, por tanto deben ser en primera instancia privados de su libertad y posteriormente hacer los análisis clínicos correspondientes. Por otro lado no entendí muy bien tu ejemplo sobre el pisco, el suspiro y la chirimoya. Pero lo que yo sé es que el problema de fondo, mas allá de una defensa nacionalista de los productos nativos del Perú, es el de la Patente. Y si la prensa le da esa cabida es porque existen ya grandes capitales detrás, la chirimoya es un producto que se exporta con éxito ya desde hace buen tiempo al igual que el pisco; sin embargo nuestro entusiastas pero también descuidados empresarios se olvidaron que tenían que patentar el producto para tener un reconocimiento internacional; los chilenos, con mas experiencia en asuntos de comercio exterior se adelantaron entonces en ese punto, y el único remedio era hacer un alboroto mediático para que el Estado tome partido al respecto. En buena cuenta, separemos la paja de trigo. La televisión per se tiene la propiedad de credibilidad porque transmite las escenas tal como se esta viendo y eso no es mérito del periodismo sino de la tecnología, pues cualquiera puede coger una cámara y transmitir en vivo lo que esta pasando y eso no le resta credibilidad. Las personas normalmente creen lo que ven, porque consideran que sus ojos no le van a engañar, como diría Montesinos: “Videito manda”. Ahora, lo que hace el periodista es sostener empíricamente para darle un sentido y una explicación a lo que el televidente esta viendo. Para ello presenta testimonios, documentos, archivos pasados, entre otros; pero hay una razón para hacerlo y muchas veces también hay incentivos, el caso de pisco es muestra de ello; y en otras la tiranía del rating es la que se impone, el fútbol vende y genera millones de dólares casi a diario en el mundo, esa realidad no sólo es propia de nuestro país, ¿cómo lidiar con ello?. Pero en honor a la verdad no siempre son razones económicas los que motivan una investigación periodística.

Por último, y que me parece que es lo medular de tu ensayo, es la sospecha de la verdad, aunque yo lo presentaría como la sospecha de la razón, porque la razón puede sostener verdades o mentiras de la mejor manera. Por tanto no podemos equiparar razón = verdad, ¿Porqué atribuirle el manto de portador de la verdad al periodista? Y ¿porqué habría que creer lo que esta diciendo? Es lo que te preguntas, y es algo más que complejo. Pero veámoslo por otro lado, no es el periodista sino la televisión la que ha venido a romper con los paradigmas de la transmisión del saber. Si antes lo fueron la iglesia y posteriormente los partidos, ahora es la televisión la que ha venido para eliminar al intermediario entre el observador y los hechos, porque las personas comprenden con más facilidad lo que están viendo. Ahora, la explicación de esos hechos no es oficio privado del periodista, de hecho ya se lo quitaron hace tiempo. Jaime Bayli es literato, Rosa María es abogada y Cecilia Valenzuela también es literata. Es cierto que detrás de ellos hay un equipo de investigación periodística, pero cómo esperar que los televidentes investiguen a los investigadores??. Romperse la cabeza preguntándose si será verdad o no el mensaje que nos están transmitiendo es absurdo, pues en la esfera de la opinión pública circulan innumerables razones y verdades, si lo vemos desde un ángulo utilitarista y pragmático, la verdad será aquella que las personas quieren creer. Pero si la abordamos desde el racionalismo la verdad será aquella que se muestre y se sostenga mas razonable y en el debate de las razones prevalecerá la que sea mas coherente con la realidad. Pero la razón hoy en día también es sujeto de sospecha. Así quizá sea mejor asumir una posición fatalista al respecto, pero sin dejar de insistir en una buena practica del sentido moral en la actividad periodística y defender ante todo la libertad de expresión.

Omar Jaimes

Anónimo dijo...

Es necesario resaltar que la supuesta "libertad de expresión" en los medios de comunicación muchas veces toma la forma de mercancía. Es decir toda la ideología, pensamiento, que se infunde a través de estos emisores tiene intereses ocultos de por medio. Esto es debido a que son los grandes empresarios y los políticos de la derecha los que auspician, los "mecenas" de estos medios de comunicación.

En otras palabras, los medios de comunicación generan ciertos aspectos (NO TODA) de la idelogia social, de la superestructura de nuestras sociedades. Sin embargo, estos emisores no expresan las verdaderas necesidades ni las verdaderas demandas de la población sino las demandas de sus auspiciadores y dueños.

A mi criterio el verdadero cuarto poder debería ser la misma población, ya que si estamos en una democracia entonces es necesario que toda la población fiscalize a los otros tres poderes del Estado. Lamentablemente eso es solo lo que "DEBE SER". En la praxis, en la realidad objetiva "LO QUE ES" es que ciertos medios de comunicación fiscalizan "solo con la boca" lo que sus auspiciadores y dueños demandan.

Comparando Venezuela con el Perú, ambos estan en situación análoga, si bien el gobierno de Chavez controla franca y directamente los medios de comunicación, nuestros gobiernos neoliberales (Fujimori, Toledo, y Garcia, sin mencionar a Paniagua por lo efimero de su gobierno) trabajan coordinadamente con los empresarios de la comunicacion y sus auspiciadores.

El control de los medios de comunicación por la burocracia capitalista (caso venezuela) es analogo al control de los medios de comunicación por la burguesia (caso peru).

No existe periodismo imparcial debido a que los periodistas tienen que obedecer los objetivos generales por los cuales el dueño del medio de comunicación les paga. El reportero o el cometarista del medio de comunicación son trabajadores asalariados, ellos reciben su sueldo por hacer lo que sus jefes les dicen.

En lo que se refiere a los medios de comunicacion de oposicion, estos son muy pocos, esto es debido a nuestros gobiernos neoliberales los cuales trabajan en conjunto con el gobierno. LA LABOR DE ESTOS MEDIOS COMO ES EL CASO DE LA PRIMERA ES BIZARRA, no solo por que tiene gobierno y a los otros medios de comunicacion aliados con él (el gobierno) en su contra, sino que es victima de muchas calumnias emitidas por activistas politicos proburgueses.

En lo que respecta a la pregunta de Pamelita (espero que no te moleste que te llame asi): "Está en cada uno consumir todo o escupir lo innecesario y digerir lo necesario. ¿Cómo saberlo? "

Le respondere con toda la cortesia con que un varon debe dirigirse a una dama. Si bien eso depende de cada uno, creo que es necesario consumir todo de acuerdo a nuestras posibilidades dando mas prioridad a lo que mas nos interesa. Debido que podemos llevar a cabo muchas criticas a nuestros medios adversarios.
A veces el tiempo no les permite a muchos leer periodicos y si ver television. En mi caso es al reves, no tengo tiempo para ver el noticiero de la television y mi tiempo libre me lo dedico a leer o escribir.

Me despido y cuidate mucho Pamelita, un abrazo.

Francisco.